Septiembre
Es el mes de la vuelta, sin duda de las vacaciones, de la rutina, de los propósitos, de las novedades y de la esperanza de un tiempo más benigno para encarar el último trimestre del año.
Vuelven las prisas, y los encargos, una invitación a formar parte de Otro Lunes, del cubano Amir Valle, a quien envío reseña sobre Amar a Olga, del venezolano Gustavo Valle, una curiosa e interesante novela, de complejidad meditada sobre aquellos amores de juventud que uno nunca olvida. Y mientras otros encargos se formalizan, Las traidoras, de mi admirada Herminia Luque, que haré llegar a Cuadernos del Sur, y celebramos los 100 años de Carmen Laforet, tan sorprendente y amable narradora de la segunda mitad del siglo XX, y redescubrimos una sorprendente novela, La isla y los demonios, su segunda entrega, algo olvidada.
Un nuevo encargo de Turia, y del gran Raúl Maicas, me sorprende con el nuevo libro de Patricia Esteban Erlés, Ni aquí ni en ningún otro lugar. A la espera de recibirlo, seguro de la calidad de la narrativa breve de esta singular narradora, mientras los pincelazos de rigor a la reseña sobre Laforet y la novela Castellano, de Silva.
El tiempo vuelve a cambiar, se suavizan las temperaturas, asoman las nubes, algún chubasco y el horizonte de culeve gris y razonadamente de tintes otoñales.
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