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viernes, 7 de enero de 2022

María Luisa Bombal

             La narrativa de María Luisa Bombal

 

 

       Cuando María Luisa Bombal publica su primera novela La última niebla (1935) se inicia una nueva concepción de la novela chilena que percibió la complejidad del alma femenina, y esos otros temas que se debaten en su obra: el enigmático mundo del sueño y del subconsciente, y el sugerente lirismo de su prosa que marcarán una perspectiva artística de la nueva narrativa chilena.


       El nombre de María Luisa Bombal (Viña del Mar, Chile, 1910- Santiago, 1980)  no sólo se ha venido asociando a la renovación de la novela en Chile, sino también a la revolución general que experimentó la narrativa hispanoamericana que, en cierta medida, se sitúa dentro del panorama general de la novela moderna y la equipara a escritores de la talla de Eduardo Mallea, Agustín Yáñez, Alejo Carpentier, Miguel A. Asturias, Manuel Rojas, Arturo Uslar Pietri y Ernesto Sábato, nombres que han contribuido a la narrativa contemporánea que en su momento provocaron la experimentación de técnicas narrativas innovadoras, caso del monólogo interior, el contrapunto temporal y espacial, el perspectivismo, la estructura abierta y la configuración de una realidad poética y ambigua que Bombal aplica y la conectan con la novela de vanguardia.

       La problemática femenina que vertebra la narrativa de la escritora chilena, define y concreta a la mujer en las relaciones con el otro sexo y el logro del amor enmarca la existencia de estas heroínas que asumen con abnegada resignación el único rol que la sociedad patriarcal le ha asignado,  y la mujer, según la autora, tendrá entonces un único destino, amar, y muchas veces ese amor no recibe la misma respuesta, pero lo importante es tener la capacidad de amar, profunda, y enteramente. Consideraciones como, amor lícito y amor ilícito, delimitan la relación entre ambos sexos en dos realidades dispares que tienden a separarse progresivamente, porque la búsqueda del amor en la ficción de Bombal sumirá a la mujer en la triste y dramática soledad de una vida sin sentido, y de ciertas actitudes que no conducen a ninguna parte; quizá por eso, la inconsistencia y la banalidad en la que vive sumida la mujer burguesa la induce a forjar en el matrimonio todo un mundo de promesas, en torno al amor y la pasión. La sociedad ha limitado su existencia adjudicándole un rol social y las protagonistas que presenta María Luisa Bombal pretenden realizarse en el amor pero, tras el velo de la legalidad, todo se torna en indiferencia, hastío, incomprensión y odio, la narradora anónima de La última niebla,  Ana María, protagonista de La amortajada y Brígida del cuento. “El árbol” se enmarcan en las prerrogativas de una burguesía que se define tras los matrimonios concertados, un curioso estado social que limitará a la mujer en la soledad del hogar y en la rutina de los quehaceres cotidianos, en la inmensidad de amplios y lujosos caserones que no le provocarán ninguna agradable sensación o bienestar. María Luisa Bombal define a la mujer en el amor, y esa búsqueda se torna infructuosa y adopta perfiles dramáticos tras los cauces que no contempla la legalidad. La sociedad, que ha asignado prerrogativas distintas para ambos sexos, la conduce a un eterno círculo sin posibilidad de salida, aunque la fantasía alucinatoria le facilita el único cauce que no podía ser censurado. La narradora anónima sublima su soledad y su falta de amor en un ser ilusorio que se convierte en su amante durante una noche de niebla, y así su recuerdo persistirá en sus largos años de matrimonio, y el amor que ha sido capaz de forjar en su mente compensa el vacío afectivo que le depara su existencia. Y así  crea un ser capaz de amar como ella misma, plagado de ternura, pasión y cariño, y en ese sentido se concluye afirmando que todas las heroínas de Bombal actúan como lo haría el enamorado romántico.

          El libro La última niebla. La amortajada (2021) incluye la obra narrativa completa de la autora, las dos novelas cortas y los relatos El árbol, Trenzas, Lo secreto, Las islas nuevas y La historia de María Griselda que la editorial española Seix Barral edita con introducción de Lucía Guerra, y añade las notas de Jorge Luis Borges a La amortajada, un homenaje de José Blanco y un testimonio de la propia Bombal. Las  narraciones breves corroboran la agudeza e inteligencia de la chilena que no guardaba nada para sí, y era capaz de escribir desde el mismo corazón. María Luisa Bombal tenía veintitrés años cuando escribió La última niebla (1934) una obra que oscila, como queda apuntado, entre lo real y lo onírico, y cuya protagonista, casada con un hombre al que no ama, fantasea con una posible relación imaginaria, con un hombre al que aún no ha conocido. Lo curioso y original es el punto de vista femenino que adopta para su relato la joven Bombal y que a lo largo de la novela se convierte en un espacio y en un tiempo diferente gracias a una narración apasionada y apasionante que escaparía a las corrientes de la época porque convertiría en singular la personalidad de la mujer, a quien Bombal califica de dama indomable, aunque algo «domesticada por la época que le tocó vivir, y lo más curioso la joven chilena fue la primera escritora hispanoamericana que se atrevió entonces a describir el acto sexual desde un punto de vista estrictamente femenino. La novela corta, La amortajada (1938), supone un constante viaje por el realismo mágico, porque en este relato la autora habla, entre líneas, de la visión masculina sobre lo femenino, y de su valiente contenido se desprende esas ideas transgresoras de una narradora que responsabiliza a la institución matrimonial de la discriminación femenina, y demás que proclama de manera sutil y elegante la liberación de la mujer a través del sexo. En esta historia, Ana María, muerta y yacente en su féretro, mantiene un último encuentro con algunas de las personas más importantes de su vida, quienes despiertan en la protagonista fallecida sentimientos encontrados y sensaciones nuevas asociadas a la muerte.

       Brígida, la protagonista, del primero de los cuentos, “El árbol” (1939), se siente fascinada por un gomero, árbol que, metafóricamente, representa su existencia. Atrapada en un matrimonio desdichado, la muerte en vida es otro de los temas que se repiten en la obra de Bombal, añora su niñez y su juventud, etapas que vivió en plena libertad. De fondo suenan melodías de los músicos Mozart, recordando la infancia, Beethoven, símbolo de sus pasiones, y Chopin, musicalizando su aburrida vida conyugal. Solo cuando el gomero es arrancado, Brígida será capaz de ver de frente el mundo que la rodea y despertar. El cabello femenino es, una vez más, un tema obsesivo en la narrativa de Bombal, y en este cuento,“Trenzas” (1940), simboliza la sensualidad y la sexualidad de la mujer, y añade una profunda subjetividad y percepción del mundo que lleva a la autora a explorar una crítica social acerca de las mujeres y su condición para contar esa conexión con lo profundo y lo enigmático que llevará a algunas a cortarse sus trenzas, ejemplificado en la historia de dos hermanas que corroboran las tesis esgrimidas por la narradora en su teoría,  en un intento de de comprobar la visión sobre sus extrañas teorías. En un cuento que titula, “Lo secreto” (1944) se describen unos seres fantásticos que habitan en las profundidades del mar y en la imaginación de todo niño que sueña con un futuro de posibilidades infinitas. Bombal habla de un chico que soñaba en grandes posibilidades y, al cabo de acatar órdenes y mandatos, termina llevando una vida triste y opaca. Nuevamente, las temáticas de la muerte en vida y el sentido profundo de la vida están muy presentes en este relato. Situado en la pampa argentina, “Las islas nuevas” (1939), es un cuento que habla del abismo que separa a la naturaleza de la cultura, y lo inasible de ese control social, aunque simboliza, en algún sentido, al hombre urbano que sale a conquistar las tierras nuevas, y por extensión a su gente, su cultura, o sus costumbres. Cierra el volumen, “La historia de María Griselda”, en realidad, la protagonista de La amortajada, cuento que intenta dar cuenta del mundo íntimo, enigmático y desconocido de una mujer sola y triste. Fue publicado, originariamente, en agosto de 1946, en la revista Norte, núm. 10, de Estados Unidos, posteriormente, fue presentado en la revista Sur de Buenos Aires y un fragmento, de la posterior novela, en la revista Zig-Zag en 1948.

          María Luisa Bombal desarrolló una narrativa estilísticamente destacable y de una pretensión rupturista que daría pie a un tipo nuevo de narración en la literatura hispanoamericana, dibujando una delgada línea entre la vida y la muerte, lo real y lo fantástico. Asocia a las mujeres con la naturaleza, un elemento ligado a la feminidad, y les otorga un refugio seguro, un lugar único para ellas e inaccesible para los hombres.

 


                             La última niebla. La amortajada

                                    María Luisa Bombal

                              Barcelona, Seix-Barral, 2021

 

 

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