El
escritor vasco Bernardo Atxaga ha sido distinguido por "su contribución a
la modernización y proyección internacional de las lenguas vasca y
castellana".
El jurado del Nacional de las Letras ha destacado “su
contribución fundamental a la modernización y a la proyección internacional de
las lenguas vasca y castellana”. Es ya un lugar común hablar de un antes y un
después de Atxaga en la literatura escrita en euskera.
El anuncio le pilló a Bernardo Atxaga camino de su casa,
en Zalduondo (Álava). “Perdona si habló con énfasis. Es que ha nevado y me
estoy helando. Hace un tiempo de perros”, cuenta al responder al teléfono. El
galardón le llega justo cuando acaba de publicar una novela en euskera Etxeak
eta Hilobiak (Casas y tumbas) (Pamiela), que la editorial Alfaguara
lanzará en castellano en febrero. “Será la última”, anuncia el escritor. “Llevó
47 años escribiendo, toda una travesía. Y tengo la sensación de que he llegado
a un descansillo. Como dicen los flamencos, quiero sentarme en una silla y
pensar. Me he pasado la vida redactando notas marginales mientras escribía
poemas, cuentos y novelas y ha llegado el momento de revisarlas y ver qué hay
en esas notas”. Son, explica, textos que pueden llegar a los 15 folios:
“Empezar hablando de un erizo de mar y terminar haciéndolo de Rousseau,
Sacher-Masoch y el marqués de Sade”.
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