LAS AVENTURAS DE HUCKLEBERRY FINN
EN SEXTO PISO ILUSTRADO
El año pasado, la colección “Sexto Piso Ilustrado”
editaba Las aventuras de Tom Sawyer, en traducción de Mariano Peyrou e
ilustrado por Pablo Auladell, y anunciaba para el presente 2016, repiten
traductor e ilustrador, la edición de Las aventuras de Huckleberry Finn, que
acaba de aparecer. Ambos textos completan la visión de la sociedad sureña del
clásico estadounidense, y nos devuelven la tierna sonrisa de nuestra infancia,
alejándonos de un mundo de adultos empobrecido por esa visión de claroscuros
que significan nuestras preocupaciones, o las obligaciones cotidianas, sin
olvidar que aquel tiempo fue tan vasto como misterioso, aunque tan ajeno como
puro para una visión contemporánea.
La obra
Cuando Mark Twain publicó Tom Sawyer en 1875 quiso
que los lectores mayores trataran de recordar cómo habían sido sus años de
juventud. En el libro encontramos numerosas aventuras y anécdotas vividas
personalmente por el autor durante sus viajes por el mundo. La obra lo consagró
de manera rotunda y duradera como escritor. Animado por la entusiástica acogida
de Tom Sawyer, se puso afanosamente a escribir la que con el paso del tiempo
muchos consideraron su obra cumbre: Las aventuras de Huckeberry Finn. Pero
ocupado en otros proyectos, no dudó en dejar a un lado el manuscrito,
convencido de que no tenía maduro todavía el tema. Hasta el año 1884 no volvió
a trabajar en él, y eso después de un viaje por el Mississippi, para refrescar
los recuerdos y los paisajes de su niñez y juventud, y así dejar ambientada
definitivamente la obra. Por fin, y a lo largo de ese mismo, 1884, terminó de
escribir Las aventuras de Huckleberry Finn, que se publicaría al año
siguiente. La novela desarrolla el viaje del personaje, Huck, que ya aparecía
en Tom Sawyer, acompañado por el esclavo prófugo Jim. Ambos tratan de llegar a
Ohio, el primero huye de su malvado padre y el segundo busca la libertad
soñada. Realizan el viaje en una pequeña balsa y en su peligrosa huida viven un
sinfín de aventuras juntos hasta que llegan al inesperado y sorprendente final
en el que reaparece el mismísimo Tom Sawyer.
Esta obra es un punto de inflexión en la literatura
de Twain, marca el inicio de una etapa en la que el pesimismo existencial del
autor se ve reflejado en todas las obras que le seguirán. Con todo, esta
historia sureña de racismo, superstición y amistad redondea la filosofía y el
costumbrismo innatos en el paisaje de Twain y refleja una época y un mundo que,
pareciéndonos tan lejano en pleno siglo XXI, estremece porque aun consideramos
que esté cercana en el tiempo.
Un clásico
Un libro como Las aventuras de Huckleberry Finn se
convierte en ese tipo de lectura divertida que nos asegura cómo la literatura
puede aunar humor e inteligencia, denuncia y acción por igual. Esta novela es
un canto a la vida y a la libertad, pero sobre todo al ser humano; un himno a
la existencia repleto de sorpresas que sólo depara momentos de alegría.
Considerada una de las primeras grandes novelas estadounidenses, quizá resulte
una visión más oscura y desencantada que la novela anterior de Twain, Las
aventuras de Tom Sawyer, y aunque comparte personajes e intercambia
protagonistas, en ella se profundiza en temas como el maltrato infantil o la esclavitud;
aunque la trama está llena a rebosar de picaresca y de ese sentido del humor
que tan bien dominaba Mark Twain. Así, Huckleberry, pese a los denodados
intentos de la viuda Douglas por «civilizarlo», sigue siendo ese pequeño canalla
entrañable y asalvajado. La aparición final de Tom Sawyer, con sus
estrambóticos planes de siempre, pone la guinda al pastel. Huck siempre usará
el sentido común y sabe que ciertas cosas son estúpidas pero no cuestiona nunca
nada. Y es así como se convierte en una dura crítica a la sociedad del siglo
XIX que suscribimos en nuestros días, porque aun sigue implícita esa concepción
del bien y del mal, y como Huckleberry se debate entre esos dos conceptos.
Canto a la amistad, la libertad, los sueños y el
idealismo, Las aventuras de Huckleberry Finn, se convierte así en una obra
inmortal, y en una lectura inolvidable que pasa de generación en generación.
Los autores
De una inigualable fuerza las ilustraciones de
Pablo Auladell que multiplican por dos el placer de releer o incluso descubrir
este clásico. Pablo Auladell (Alicante, 1972) es un reconocido ilustrador
que desarrolla su trabajo en el ámbito editorial. Ganó el Premio del Ministerio
de Cultura a las Mejores Ilustraciones de Libros Infantiles y Juveniles en 2005
y el Premio al Autor Revelación en el Saló del Cómic de Barcelona de 2006 por La Torre Blanca (Ed.de
Ponent). Cuenta ya con una larga bibliografía de más de treinta obras. En Sexto
Piso había publicado anteriormente, El Paraíso perdido (2014) y Las aventuras
de Tom Sawyer(2015).
Mark Twain (1835-1910) es uno de los grandes
narradores estadounidenses del siglo XIX, y universalmente conocido por novelas
como Las aventuras de Tom Sawyer o Las aventuras de Huckleberry Finn. Twain
trabajó de cajista, impresor, minero y reportero. A través del periodismo
encontró su vocación como escritor. Dotado de un gran ingenio, y con una gran
facilidad para el humor, fue también admirado como conferenciante y un gran
orador.
Mark Twain, Las aventuras de Tom Sawyer; trad., de
Mariano Peyrou, ilustr. de Pablo Auladell;
Madrid, Sexto Piso, 2015; 272 págs.
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