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LUJURIA
Hubo un pasado en que todo era
pecado de lujuria, según las predicaciones de la Santa Madre Iglesia. Y
como Juan Eslava Galán (Arjona, Jaén, 1948) nos tiene acostumbrados a sus
ingeniosos y documentados guiños literarios sobre la extravagante, inexplicable
y singular sociedad española reciente, y es capaz de entregarnos unos textos
repletos de humor, una aguda ironía y aires de sarcasmo, concluimos que en sus
lecturas subyace fundamentalmente la más absoluta honradez y sinceridad. Con su
última apuesta nos regala una serie de pecados capitales, y empieza por el
primero de ellos, Lujuria (2015), un
repaso de la historia de la sexualidad en España, desde el siglo XIX hasta la Transición, pasando por
las aficiones de Isabel II y Alfonso XIII, y la constancia de unas épocas más
liberales durante las dos Repúblicas a las situaciones “absurdas e hilarantes”
provocadas por la Iglesia
y la censura franquista en su cruzada antilujuria, para llegar a la más
reciente y denominada época del “destape”.
El documento refleja una España
de doble moral durante años, y así la pornografía estuvo muy bien vista y se
consideraba elegante como costumbre de las clases altas pero en cuanto se
abarató su consumo y se extendió a las clases medias, se convirtió en algo
insano y pernicioso, recuerda Eslava Galán, que ha incluido en el libro
fotografías y material de época. Se trata, pues, del relato de todo aquello que
pudiera parecer “lujurioso y pecaminoso de por sí”, que era mucho, en realidad,
como se explica en los curiosos capítulos dedicados al baile, calificada como
“la feria predilecta de Satanás”; las playas, como “ocasión próxima de pecado”,
o el cine, en esas ansiadas últimas filas de butacas, auténtica “escuela de
perversión”, para las autoridades de la época. Tal vez, tras este ameno repaso
por los tiempos oscuros de una férrea dictadura, en todos los sentidos, quienes
desconozcan los datos y las anécdotas de ese otro tiempo, no tan lejano, sabrán
que entonces hubiera sido imposible hablar y escribir sobre tema tan escabroso,
una época en la que, paradójicamente, la gente de las clases menos pudientes
vivía con una abundante frustración los asuntos relaciones con la sexualidad y/
el erotismo. Hoy Eslava Galán, en cuarenta y cinco breves capítulos, ilustrados
y documentados, pone el contrapunto de esos tabúes, costumbres y prohibiciones
respecto al sexo y su mundo, y lo hace en clave de humor, con abundantes dosis
de ironía y jocosidad, aunque no pasa por alto ese halo de tristeza y de pena,
o aun mejor calificada de profunda frustración de tantas generaciones marcadas
por las imposiciones de la
Iglesia y la falsa moral del Régimen. Presupone, además, una
no menos espectacular circunstancia histórica de quienes vivieron aquellos
tiempos de represión y beatería, un período que solo puede equilibrarse
transcurrido el suficiente espacio temporal para que podamos hacer balanza de
aquellas oscuras décadas con una sonrisa en los labios.
Una no menos curiosa, amplia y
explícita bibliografía acompaña a este singular tratado sobre la “lujuria” que
en su definición académica señala como “vicio consistente en el uso ilícito o
en el apetito desordenado de los deleites carnales”; eso sí, sin un aparente
juicio, este concepto se traduce como el simple testimonio del uso de la
lengua.
LUJURIA
Juan Eslava Galán
Barcelona,
Planeta, 2015; 241 págs.
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