Vistas de página en total

miércoles, 24 de julio de 2019

Carlos Clementson


…me gusta                              

ÚLTIMOS PARAISOS
              


   
    La Edad de Plata transcurre durante el primer tercio del siglo XX y se caracterizará por la calidad y el protagonismo de los intelectuales, los literatos y los artistas del período. Un brillante grupo de gente de la cultura y de las artes fueron tradicionalmente clasificados en generaciones, la primera la del 1898, le seguirá la de 1914 y, finalmente, la conocida como Generación del 27. La Institución Libre de Enseñanza y otras instituciones ligadas a ella como la Residencia de Estudiantes y el Instituto-Escuela, fueron protagonistas indiscutibles en esta eclosión cultural que convocó a intelectuales y a políticos: Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Julián Besteiro o Fernando de los Ríos que, como tantos otros, proceden de estas instituciones. La generación del 98 se mantuvo activa durante todo el periodo, y con Baroja, Azorín, Unamuno, Machado, Valle-Inclán o Maeztu daría paso a la generación de 1914, con Juan Ramón Jiménez, Ortega y Gasset, Pérez de Ayala, Marañón o Gómez de la Serna. Y en la segunda mitad de los años veinte, empezará a destacar una tercera generación, la de 1927, que alcanzará su plenitud intelectual durante la Segunda República.
       Retablo para una Edad de Plata (2017) invita, desde las primeras páginas, a vivir la literatura y a sentir su pre­sencia en nuestro cotidiano existir, como conviene advertir y, parafraseando al prologuista y profesor Díez de Revenga de esta singular muestra, ofrece la mejor visión de lírica clásica, forma parte de la magia vivida por el poeta, que siente de cerca la herencia recibida. Hablamos de Carlos Clementson (Córdoba, 1944) uno de esos autores de raza, un agudo crítico, profesor y lector, que a lo largo de su trayectoria ha configurado su obra con la más exquisita de las sensibilidades poéticas, asumiendo la lección de los clásicos que ahora traduce en un espléndido muestrario donde deja sentir la huella de lo más granado de nuestra poesía del siglo XX. Carlos Clementson ofrece esta singular colección de poemas donde se percibe la huella de los clásicos y los contemporáneos; la vanguardia y las reminiscencias de la poesía actual. Buena parte de estas características convierten a la poesía de Cle­mentson en singular, no se trata de una equívoca mimesis para salvar una pretendida obra lírica sino una firme y fehaciente necesidad de volcar sobre sus versos la sabiduría ejercitada durante años de docencia y apasionada lectura, porque este es un libro dedicado a los que le prece­dieron y forjaron su raza de poeta, el valor de una palabra digna y noble, virtuosa en la forma. A Clementson le ha llegado la hora de manifestar públicamente su homenaje a los escritores que más huella le han dejado, y los agrupa en esa terminología profesoral que la historia de la literatura ha clasificado como Edad de Plata, que arranca con Miguel de Unamuno y recuerda a Santayana o Maragall; el eco unamuniano sustenta los poemas “Paz en la tierra”, “Desaliento” o sobre todo, “El rostro de Dios”; y a medida que avanzamos en esta selva varia de la mejor lección lírica versos como los sonidos de un mirlo en Gerardo Diego o palabras reivindicativas y comprometidas como las de Antonio Macha­do a final de su vida, en momentos de lucha y de tristeza, subrayan la belleza inigualable de sus poemas; y las palabras de fiesta en los versos de Gerardo Diego y Fernando Villalón, invocación y memoria para esa edad que sustenta lo mejor de la lírica española en el primer tercio del siglo XX; poesía y verdad que nos trasmite ese lector singular, Carlos Clementson, que nos devuelve a la memoria tantos versos leídos y sentidos de Cernuda, Aleixandre, Alberti, Dámaso Alonso.
       Libro para recordar, para revivir momentos de incuestionable talento, poemas escritos por el cordobés al margen de una simple lectura, la de una pasión que vuelve ante nosotros y reproduce en este Retablo para una Edad de Plata, nos hace sentir el latido indeleble de su fuerza, se sirve del concepto y de la música como la mejor virtud textual, ofrece un curioso y ameno viaje lírico que profundiza en nuestro corazón, mejora nuestros sentimientos, o se concreta como esa revelación de la gracia, como apunta el propio Clementson. Son palabras y son hechos, evocaciones de tiempos y de paisajes, versos que imitan sonidos, imaginan espacios que inevitable­mente han desaparecido, que el poeta recupera y nosotros leemos a través de poemas llenos de toda una lección vida, enmarcados en la mejor tradición literaria.







RETABLO PATA UNA EDAD DE PLATA
Carlos Clementson
Córdoba, Diputación, 2017

No hay comentarios:

Publicar un comentario