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Otras
formas de mal
Jesús Ferrero
(Zamora, 1952) ha huido, desde sus comienzos, de un convencionalismo narrativo,
apelando a lo desconocido. Con el paso de los años ha ensayado una narrativa de
una profundidad versátil y sorprendente, y su obra se ha movido entre una
inteligente visión de amplia perspectiva y la reflexión más profunda. Su
concepto novelesco nunca queda atrapado entre aparentes banalidades, muchas de
sus historias nunca quedan sometidas a justificaciones previas o a conceptos
morales posteriores que terminarían por instrumentar un relato calculado,
porque perderían parte de esa visión paradójica que nos propone el autor. Una larga trayectoria jalona los pasos dados por Ferrero en el
panorama narrativo de las últimas décadas desde su acertadísimo Belver Yin
(1981) pasando por El secreto de los dioses (2003), o las series
detectivescas, El beso de la sirena negra
(2009) y La noche se llama Olalla
(2013), hasta su entrega más reciente, Las
abismales (2019), Premio de Novela Café Gijón.
¿Lo desconocido sigue siendo el peor de
los miedos, incluso debemos desconfiar lo conocido? David, un profesor amante de
la mitología, descubre que su novia, Berenice, ha desaparecido, es
encontrada muerta y en unas extrañas circunstancias. Absalón, el
padre de la fallecida, un hombre desequilibrado, acusa a David de ser el
asesino, pero hay otros sospechosos del crimen: Volfango, un peculiar y
visionario guardabosques. Mientras, en un Madrid reconocible, empiezan a
ocurrir cosas que nadie se explica ni siquiera pueden ser controladas. Ferrero
intenta crear un espacio de apariencia real, que podría vislumbrar mejor, y
dentro de una aparente normalidad, la extrañeza, y cuanto supone de oscuridad.
Lo extraño se hace familiar, ajeno y fuera de las entrañas humanas, y así
convierte su historia en toda una teoría de referencias filosóficas y
simbólicas para contarnos una trama apocalíptica que reflexiona sobre el mal,
una espoleta inabordable que, una vez explota, convierte todo en un haz de
consecuencias imprevisibles. Sucesos no menos extraordinarios tiene lugar en
Madrid: varias personas afirman haber sido tocadas, o rozadas por una presencia
intangible que, de forma inadvertida, recorre las calles de la ciudad causando
desvanecimientos y miedo en quienes entran en contacto con ella; no existe
explicación sobre su origen o la causa de esa manifestación incorpórea que
provoca efectos desconcertantes en la población. La muerte de Berenice parece estar
relacionada con esas manifestaciones, aunque David encontrará el apoyo de
Melisa, la hermana de su novia, de enorme parecido con ella, y de Tobías,
vecino de David, un ex presidario injustamente acusado de homicidio. Otros
personajes, perdidos y fracturados, Samuel y Serafina, su hermana, joven con
dotes de clarividencia, tendrán un papel destacado en la trama desplegada por
Ferrero que nos conducirá hasta un inesperado desenlace. El ambiente creado
oscila entre lo poético y el desasosiego, en un entorno social
víctima del miedo y seducido por la locura y el caos, como un evidente
signo lúcido que el autor esboza de los tiempos presentes.
LAS
ABISMALES
Jesús
Ferrero
Premio de
Novela Café Gijón 2018
Madrid, Siruela, 2019; 240
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