PARA UNA BIOGRAFÍA DE DIONISIO RIDRUEJO
La vida pública de Dionisio Ridruejo se
disipó en la España
franquista tras su regreso de la División Azul en 1942. La edición de Materiales
para una biografía (Fundación Santander Central Hispano, 2005), preparada
por Jordi Gracia incluye textos y cartas inéditas que pretenden restituir a la
memoria democrática la trayectoria de un singular escritor con vocación de
político.
Alguien ha escrito que Dionisio Ridruejo
(1912-1975) era un falangista que descubrió la democracia a su regreso a
España, tras la Segunda
Guerra Mundial, cuando el nuevo régimen había traicionado la
ideología fascista por un nacional-catolicismo que había distorsionado esa idea
de unidad de destino y de fe. Andrés Trapiello lo retrata como el escritor que
sedujo con su bondad e inteligencia a algunos de los hombres más inteligentes
de su tiempo y, también, a algunos de los más cucañistas. Conoció tras la
guerra, además de un despacho oficial, el destierro en Ronda, un largo
silencio, la cárcel y el exilio. Dividió su vida entre la poesía y la política
y ésta, que también se escribe con «p», le sigue pasando al escritor,
treinta años después, la más gravosa de
las facturas.
Gonzalo Torrente
Ballester en su Literatura Española Contemporánea (1966), señala las
influencias de Garcilaso y Quevedo en la poesía y en la obra de Ridruejo,
además de autores contemporáneos como Machado y Unamuno. «Una perfecta
sonoridad, una robustez casi marmórea, arquitectura equilibrada, movimiento
interior, forma impecable, son la característica externa de la poesía de
Ridruejo (...) —escribe Torrente Ballester.
Su materia es varia, vivida, biográfica, surgida casi al día, hecha
poesía casi instantáneamente: el amor, el paisaje, la emoción estética ante el
cuadro y la piedra; la muerte y la política, la guerra y la amistad, sin
exclusión de nada humana, ni de lo divino». En el Diccionario de Literatura
Española e Hispanoamericana (1993), coordinado por Ricardo Gullón, se dice
al final de la ficha bio-bibliográfica que, «Tras su muerte, ocurrida en junio
de 1975, tanto el hombre (su probidad ética) como el poeta (de un clasicismo
austero que no empece la cordialidad) siguen en alza. Víctor García de la Concha en su obra, La
poesía española de 1935 a
1975. Vol I (1987), afirma que «Pese a la declarada devoción garcilasista,
Ridruejo está mucho más cerca de la filosofía gozosa que anima a la poesía
amorosa de Salinas», y añade García de la Concha que, «la influencia de Quevedo fue más
intensa por entonces que la invocada de Garcilaso porque seguramente los poetas
que se creían neorrenacentistas eran más bien neobarrocos, poética y
prácticamente», este era, además, termina diciendo el ensayista, «en vísperas
de la guerra uno de los grupos poéticos más compactos y coherentes: el
integrado por Rosales, Vivanco, Panero, Muñoz Rojas y Ridruejo».
La
nueva vida
Jordi Gracia acaba de publicar Dionisio Ridruejo.
Materiales para una biografía (Fundación Santander Central Hispano, 2005/
Colección Obra Fundamental), una minuciosa reconstrucción de numerosos textos
inéditos que servirán para restituir a la memoria democrática la trayectoria de
un escritor con vocación irrenunciable
por la política. Se trata, especifica Gracia, de componer una biografía
intelectual y política de Ridruejo con
los estratos sincrónicos de un hombre simplificado y parcheado por la historia.
Hasta el momento la iconografía de la guerra y la posterior propaganda se
encargaron de presentar a un joven enjuto, fibroso, vital, tenso, buen orador
uniformado y cuya convicción a la causa, quizá, no estuviera nada clara.
Considerado hoy como el mejor intérprete del fenómeno fascista y falangista,
aunque posteriormente se convertiría en un prematuro y convencido precursor de
la socialdemocracia en España como la única herramienta de inserción en la Europa moderna. Este es, en
realidad, ese segundo Ridruejo reivindicado, el de su vuelta de la expedición
para combatir en el frente ruso, en el año 1942 y esa especie de evolución
política e ideológica experimentada hacia posiciones liberales tras señalar el
rumbo erróneo del nuevo Estado; pero Gracia no habla de su convicción
democrática, sino de su distanciamiento de las posiciones reaccionarias de la Iglesia y la Acción Católica.
Es a partir de este momento cuando empieza esa especie de introspectiva
analítica, esa soledad, y ese afán lector que le llevarán a creer otro orden de
cosas y a la renuncia de toda fe que no sea la más estricta y privadamente
religiosa.
Hoy
su semblanza —señala Jordi Gracia— ha de subrayar la excepcional calidad
de su prosa, por encima de una sobrestimada poesía de juventud, pero no debe
callar ni al articulista ni al crítico, al viajero o al animador de actividades
de resistencia (...) Todavía estamos lejos de poder contar con solvencia cada tramo
de su compleja peripecia, pero esta antología aspira a reunir los textos que
permiten calar hondo en lo que es un sujeto que piensa y cambia, que asume el
riesgo de justificar sin tapujos las razones de su deserción ideológica y
política y también sus horizontes de futuro como conspirador antifranquista.
En realidad, Ridruejo pasó de un cuadro
ideológico falangista hacia un reformismo socialdemócrata, aunque anteriormente
había experimentado una transformación mucho más importante, de una tradición intelectual
que le llevó a un humanismo heredado de Josep Pla, Pío Baroja o José Martínez
Ruiz, Azorín. Prácticamente hoy no circulan ediciones de su obra tanto
por antiguas como por estar descatalogadas en su mayoría. De su no muy extensa
bibliografía caben señalar algunos textos excepcionales como Escrito en
España (1962 y 1964), Casi unas memorias (1976) y sobre todo su
poesía cuyo primer libro data de 1935 y se titula, Plural, al que
siguieron Primer libro de amor (1939), Poesía en armas (1940), Sonetos
a la piedra (1943), En la soledad del tiempo (1947), Elegías
(1948), y su poesía completa reunida en Hasta la fecha (1961) y
posteriormente, Cuaderno catalán (1965) y Casi en prosa (1972).
La variedad de los textos elegidos por
Jordi Gracia reflejan esa actitud expuesta de ofrecer la trayectoria de una
persona con todos sus aciertos y desatinos, sobre todo en la figura excelsa de
un Ridruejo conocedor, como nadie, del fenómeno falangista y posteriormente del
fascista hasta llegar, en su madurez, a posiciones de una marcada actitud
social y democrática, incluso consabidas manifestaciones de inserción en una
Europa moderna y unida.
Hola, Pedro:
ResponderEliminarSoy Esther Magar, de librosyliteratura.es.
Queremos hacerte una propuesta que puede interesarte, ¿puedes facilitarme un correo de contacto?
Saludos.