…
me gusta
La Huerta de San Vicente en imágenes
Álbum
reúne, por primera vez, la dimensión biográfica ilustrada que proyectara la Huerta en la familia García
Lorca.
La Huerta de San Vicente se abrió al público como
casa-museo y como centro de actividades culturales el 10 de mayo de 1995, y
durante años estuvo bajo la dirección de Laura García-Lorca.
Entre 1997 y 2011, el Patronato Municipal fue el encargado de su gestión, y hoy se integra en ámbito de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Granada.
Entre 1997 y 2011, el Patronato Municipal fue el encargado de su gestión, y hoy se integra en ámbito de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Granada.
Durante el último trimestre de 2014, una
gran exposición, comisariada por Jesús Ortega, reunía un conjunto de 350 imágenes
fotográficas, la mitad de ellas inéditas, realizadas en dicha casa entre los
años 1926 y 2014.
Las
imágenes y su historia
Álbum (2015) es el resultado de esa
exposición que, en tres salas, reunía un período distinto de la historia de la Huerta, 1926-1939,
1940-1993, y 1995-2014, por tanto, se trata de la auténtica biografía en
imágenes de un lugar mítico y de sus moradores, cuyo destino ha estado marcado
por su relación con la vida, la obra y la muerte de Federico García Lorca y el
destino de la familia tras la tragedia y su exilio.
El volumen de 220 páginas, está
prologado y editado por Jesús Ortega quien
realiza un auténtico estudio-ensayo de las fotografías aportadas, muchas
inéditas hasta el momento y convierte este catálogo-libro, con abundantes datos
y curiosidades, en un material imprescindible para cualquier estudioso e
interesado en la obra del poeta granadino más universal.
Curiosidades
La colección de fotografías viene a reflejar cómo la Huerta ha sido muchas cosas: retiro de placer, refugio donde se dieron las mejores condiciones para la escritura de Lorca, lugar de encuentro y celebración familiar, paraíso infantil de juegos veraniegos, testigo mudo de algunos de los crímenes más inexplicables de la guerra civil, espacio cerrado y lleno de exilios interiores, ausencias y silencios, santuario lorquiano, lugar de memoria, destino durante años de peregrinaje cultural, incluso decorado cinematográfico para recrear los últimos días del poeta, y modernamente escenario de polémicas cívicas, emblema de la dialéctica entre el desarrollo urbanístico y la conservación del paisaje y el medio rural en la ciudad de Granada, y al mismo tiempo, es un museo, un centro de actividades culturales, y el conjunto de la obra y su interior una obra de arte. Casi todas las fotografías se concentran en los años de 1926, 1931, 1932, 1934, y recrean la casa y sus espacios, la terraza, la placeta, el breve jardín doméstico, el carril de entrada, que se convierten en el escenario y centro de la mayoría de las imágenes, y a su alrededor los García Lorca descansan, leen, conversan, cosen, cuidan las plantas, reciben a amigos y familiares y celebran la llegada de los niños, en ocasión en una absoluta intimidad. Por allí corren Tica, Manolo y Conchita, hijos de Concha García Lorca y Manuel Fernández Montesinos.
La colección de fotografías viene a reflejar cómo la Huerta ha sido muchas cosas: retiro de placer, refugio donde se dieron las mejores condiciones para la escritura de Lorca, lugar de encuentro y celebración familiar, paraíso infantil de juegos veraniegos, testigo mudo de algunos de los crímenes más inexplicables de la guerra civil, espacio cerrado y lleno de exilios interiores, ausencias y silencios, santuario lorquiano, lugar de memoria, destino durante años de peregrinaje cultural, incluso decorado cinematográfico para recrear los últimos días del poeta, y modernamente escenario de polémicas cívicas, emblema de la dialéctica entre el desarrollo urbanístico y la conservación del paisaje y el medio rural en la ciudad de Granada, y al mismo tiempo, es un museo, un centro de actividades culturales, y el conjunto de la obra y su interior una obra de arte. Casi todas las fotografías se concentran en los años de 1926, 1931, 1932, 1934, y recrean la casa y sus espacios, la terraza, la placeta, el breve jardín doméstico, el carril de entrada, que se convierten en el escenario y centro de la mayoría de las imágenes, y a su alrededor los García Lorca descansan, leen, conversan, cosen, cuidan las plantas, reciben a amigos y familiares y celebran la llegada de los niños, en ocasión en una absoluta intimidad. Por allí corren Tica, Manolo y Conchita, hijos de Concha García Lorca y Manuel Fernández Montesinos.
Jesús Ortega, apunta las obras trabajadas por el
poeta durante sus largas estancias en la Huerta, Romancero gitano (1926-1927), La zapatera
prodigiosa (1926), El público (1930), Bodas de sangre (1931-1932), Yerma
(1933-1934), Diván del Tamarit (1931-1934) y Doña Rosita la soltera
(1934-1935), por citar algunas de las más reconocidas, además de más de sesenta
cartas a Ana María Dalí, Pepín Bello, Jorge Guillén, Melchor Fernández Almagro,
Salvador Dalí y otros muchos de sus amigos y conocidos, y una detallada
enumeración y explicación de los moradores de la finca en los años posteriores
a la contienda civil hasta la democracia y los posteriores desvelos por
conservar la memoria y el espacio de la misma.
Álbum,
Huerta de San Vicente. Catálogo; ed., y textos,
No hay comentarios:
Publicar un comentario