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jueves, 1 de septiembre de 2016

Hoy invito a...



Carmen Canet, 2 

* Un excelente artículo-ensayo sobre la última propuesta poética del granadino, Luis García Montero.

                                       

A PUERTA CERRADA
     El poeta de las flores del frío en jardín extranjero e invierno propio, el que además escribe con vista cansada, en un diario cómplice sus poemas de Tristia en habitaciones separadas, nos abre la intimidad de la serpiente un completamente viernes,  escucha en la televisión que ha muerto  la poesía y se dispone, después de volver del sepelio (“Yo no puedo explicarlo, pero todos ustedes saben cómo se vuelve de un entierro.”),  a escribir una balada como despedida.
     Tras la lectura de esta Balada en la muerte de la poesía, el lector no puede quedarse ya impasible, se queda conmovido. Luis García Montero nos vuelve a sorprender en su tarea poética con este libro que supone una novedad en su trayectoria. Produce el mismo asombro que la noticia de la información necrológica: “Ha muerto la poesía”, dice. Ante tal acontecimiento, y más en estos momentos en que es tan necesario el cambio, L.G.M. ha querido hacer, con una forma y tono diferentes, un giro arriesgado sobre su poesía anterior, una innovación que nos ha dejado sin palabras con las suyas.
   Estos poemas en prosa se articulan en un relato de  veintidós capítulos, son independientes pero se pueden leer seguidos con un estupendo hilo conductor (es sugerente que enlazando la frase inicial de cada uno de los poemas nos anticipe y  resuma los acontecimientos que desgrana el libro). Así, desarrolla una historia cuyo protagonista es singular: un entierro,  que se convierte a través de metáforas, personificaciones,  símbolos, versos alusivos, en un escenario por donde deambulan todos aquellos a  los que les interesa la poesía. Aquí lo importante no es el tiempo (”el tiempo ya no es una oración”), son los personajes  que asisten al duelo, que acuden al velatorio convocados desde todas las épocas: Lucrecio, Jorge Manrique, Giacomo Leopardi, Rosalía de Castro, Rubén Darío, Charles Baudelaire, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Vicente Huidobro, Jorge Luis Borges, Luis Rosales, Ana Ajmátova, Ángel González, Jaime Gil de Biedma, Javier Egea, Wislawa Szymborska… Como también son importantes las múltiples ciudades  y espacios recuperados: París, Buenos Aires, Granada…, aquellos donde habitan las palabras y los que las escriben, tantos lugares con memoria donde el olvido no existe.


   En este libro se recogen varias circunstancias, algunas de tipo personal, literario y social - argumenta el autor. Y no es extraño que lo social esté también presente pues, en los tiempos difíciles y tremendos que vivimos (recortes, desahucios,  desigualdad,  corrupción: demasiadas cargas y tristezas se hacen insostenibles), es necesario y urgente  que la palabra apueste por detener esta situación de injusticia. Por ello Luis García Montero nos entrega una poesía filosófica, conversacional, de denuncia ante un mundo herido. Consigue, a través de este juego surrealista, magistral y humano, que nos paremos a reflexionar, a dialogar, a pactar, consciente de que hay salidas y se necesitan, de que la poesía ante semejante espectáculo se nos muere. Este guiño irónico, lapidario y espectral que nos hace está repleto de esperanza y de ilusión.  Con una estética y una ética admirables, hace defensa de la palabra poética como forma de resistencia, en un poemario que como él nos dice  - “es un saludo a la poesía que va a renacer, por las nuevas generaciones de poetas”-. El poeta que escribe esta balada quiere acompañarlas al igual que él ha estado acompañado durante el velatorio por todos los poetas de la más brillante tradición lírica. La intertextualidad y las evocaciones a través de versos alusivos son toda una lección de historia literaria donde están “los imprescindibles”. De nuevo, Brecht, para recordarnos que “no corren buenos tiempos para la lírica”,  Bécquer prosigue “podrá no haber poetas pero siempre habrá poesía”, y Ángel González nos deja estos versos: “Habrá palabras nuevas para la nueva historia/ y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde”. Asistimos al reconocimiento, pero el poeta va más allá, logrando que  la sugerencia se alíe con la experiencia del tratamiento de la realidad y la ficción. La realidad la transforma en literatura, así  nos hace menos daño y desvela su belleza.
      Como hermosa es siempre la impecable Colección Palabra de Honor, de Visor Poesía, que en este libro se ve realzada con la perspectiva de los dibujos, -“miradas”-  de Juan Vida, que  van ilustrando cada uno de los poemas a modo de las sombras negras goyescas. Los retratos de J. V. son descarnados, no aspiran a la belleza sino a la verdad.
     Este homenaje con homenajes, donde la voz de L.G.M. se muestra inconfundible en su yo poético íntimo y desengañado, de conciencia civil y coherente, medita sobre la historia, reflexiona sobre los ajustes de cuentas que son necesarios. Y lo hace con la sensibilidad que lo define, con su aspiración de estar en el mundo ante condiciones adversas, y siempre con los otros. De esa comprensión y lucha contra lo indigno, nace su escritura. Se desnuda por encima de lo aparente, la emoción late y pasea melancólicamente  por las calles de su relato, para invitarnos a que defendamos la justicia poética.
     Luis García Montero hace un llamamiento a la irrenunciable tarea y función de la palabra, y termina así esta narración: “A puerta cerrada abro un cuaderno, le pido un esfuerzo a la tinta y a los desfiladeros, (…) y empiezo a escribir (…), esta balada en la muerte de la poesía”.

Publicado en Revista Clarín, Nº 123. Mayo-junio, 2016.

BALADA EN LA MUERTE DE LA POESÍA
LUIS GARCÍA MONTERO
EDITORIAL VISOR, MADRID, 2016


  






La autora-biobliografía.

   Carmen Canet, nace en Almería, 1955. Doctora en Filología Hispánica por la Universidad de Granada. Ha sido docente en Enseñanza Secundaria, y desarrollado proyectos educativos y didácticos. Autora de las rutas literarias de Federico García Lorca, Ángel Ganivet y Elena Martín Vivaldi, en Granada.Desde 1980 ejerce la crítica literaria en diversos medios y revistas especializadas: Zurgai, Clarín, y los suplementos Cuadernos del Sur e InfoLibre.
El libro Malabarismos (2016), una amplia muestra de aforismos, es su primera entrega para lectores apasionados. Y de momento, prepara nuevos proyectos que verán la luz en un futuro próximo.                                                                                              

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