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RÁFAGAS
DE LUZ
Soledad
Puértolas (Zaragoza, 1947) ha descrito en sus novelas un mundo contradictorio,
firme en apariencia y, sin embargo, quebradizo en muchas de sus actitudes. Permanente
y fugaz, detallado y superficial, o tan trivial como profundo, que se localiza
en escenarios concretos, casas y reconocidos espacios geográficos, y escudriña
las relaciones de sus personajes ente sí, historias contadas durante un largo
período de tiempo, de años, personas que son parientes o se aman, aunque por su
carácter y descripción siguen siendo recíprocamente ajenas. Describe de manera
magistral los grandes y pequeños sucesos de la vida de sus personajes, cuantifica
en su narrativa sobre ese universo poblado, exclusivamente,
de mujeres como fórmula literaria válida para explorar el mundo interior
femenino, y dejar constancia de la fuerza que surge como contrapunto a las
reacciones que experimentan las mujeres a lo largo de su existencia en nuestra
sociedad actual.
Después de su séptima colección de cuentos, Chicos y chicas (2016), la narradora
zaragozana retorna la novela con Música
de ópera (2019) la historia de tres generaciones de una familia, desde los
meses previos a la guerra civil hasta los años sesenta, localizada en una
ciudad de provincias que se parece a Zaragoza, y relata amistades y negocios
familiares, secretos y revelaciones, enamoramientos y desamores, escándalos,
incluso muertes que se traducen en suicidios. Puértolas echa mano de todo un
material propio de ese equívoco concepto de folletín decimonónico o, incluso de
serial radiofónico de época, aunque la narradora tañe con bastante ironía y, de
manera muy personal, su visión de la contienda del 36. Lo importante es dejar
constancia de los murmullos, de los silencios y de los tabúes que siguieron a
los acontecimientos históricos que, en la novela, se filtran en las vivencias
personales de sus personajes, sobre todo en la visión de los hijos, el
primogénito Justo que pasará los años de guerra escondido en un pueblo del
pirineo francés, y Alejo que nada más empezar la contienda se alista en el
bando nacional. Soledad Puértolas aporta escasos datos respecto los aspectos
bélicos que viven estos personajes, y en esa información incompleta reside la
magia de la literatura, una verdad que se complementa con la complejidad de su
propia historia, frente a esa simplicidad que podría ofrecer una lectura mucho
más política o de abundantes datos históricos.
Doña Elvira, viuda
de Claramunt, incapaz de dirigir las empresas de su difunto marido, comparte
esa visión de extrañeza ante la realidad que caracteriza a esta novela. Deja en
manos del siniestro administrador Perelada, el despacho de sus bienes. Viajera
insaciable, junto a su nuera Anunciada y la joven Valentina, le
sorprende la sublevación militar en mitad de un largo viaje por Europa con
parada en Salzburgo donde pretende escuchar el Fidelio de Toscanini. Tras un tortuoso regreso, al volver a su
cómoda vida burguesa, conocerá la soledad, alejada de sus hijos y recluida en
Villa Paulita, mientras la guerra sigue su curso. Acompañada por la música de
ópera de la gramola y el melancólico Chopin, la vieja dama se olvidará de los
asuntos terrenales y escribe cartas a una amiga muerta con la intención de preservar
en esos manuscritos un mundo propio al que no quiere dejar de pertenecer.
En esta novela
no son decisivos los conceptos o las categorías, sino los estados de ánimo de
las tres protagonistas, una privilegiada doña Elvira, la huérfana y quebradiza
Valentina, y la joven Alba,
cuya inocencia se asoma a una nueva vida; actitudes y existencias que
determinarán la atmósfera de esta sucesión de historias familiares, aunque
algunos de los sucesos contados resulten triviales, esa vida cómoda, los viajes
y la música, las tardes de café y las visitas de las amigas, determinados por
ese curioso atractivo a que nos asoma su autora. Eso nos queda de las historias
de Soledad Puértolas, no acciones intrigantes cuya tensión nos depararían
quebraderos de cabeza, ni desgarros personales o juegos con forma literaria,
sino una atmósfera en muchos casos muy reconocible.
MÚSICA DE
ÓPERA
Soledad
Puértolas
Barcelona,
Anagrama, 2019. 276 páginas
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