Mayo
Los primeros
días de calor intenso, y abundante sol que nos trae aires de primavera. El
ritmo de la vida sigue lento, muy lento, en ese estado de alarma que se
prolonga hasta final de mes con la única idea de vencer a un virus que se ha
adueñado de nuestras vidas.
Las lecturas
siguen acompañando mi vida, un clásico que reconforta, Ford Madox Ford, El buen
soldado, excusa para escribir un extenso pequeño ensayo sobre el autor y su
obra.
Vuelve una
tenue lluvia estos días que nos refresca aunque la pandemia nos acompaña y no
nos deja tregua alguna; la fase 1 da comienzo con algo más de libertades. Y
hoy, 14, el Heraldo de Aragón, Artes & Letras, publica mi reseña a los
cuentos de Ángel Olgoso, y Turia, el gran Raúl Maícas, me sorprende con un
nuevo encargo, la última novela-obra de Alejandro Zambra, Poeta chileno, que
deberé entregar para el siguiente número de la revista de Teruel, allá por el
mes de julio; una suerte y aventura de buena literatura, sin duda.
El calor ha
vuelto para quedarse, entramos en la fase 2 con algo más de libertades, y la
sorpresa de que vuelve, al menos, una vez al mes, Cuadernos del Sur, doble
noticia agradable, el valor de la cultura y la necesidad de curiosear el
suplemento.
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