LA COMEDIA HUMANA DE BALZAC
CUENTOS COMPLETOS
Páginas de
Espuma, reúne los Cuentos Completos,
en edición de Mauro Armiño.
Honoré de Balzac
fue un escritor consciente de sus posibilidades, se planteó de una manera
profunda cómo y de qué manera quería cambiar la literatura de su época,
fundamentalmente la novela, y hoy nadie discute que fuera un innovador o un
creador de géneros, porque nunca se limitó a contar historias sino que
pretendía crear su propio mundo, o acaso transcribir e inventar uno tan verdadero,
como su época; es decir, historiar cuanto viera y observara. Concibe su fresco
narrativo como un conjunto de acontecimientos protagonizados por numerosos
personajes, en un ambiente determinado, donde no solo se desarrolle la acción
sino que, de alguna forma, determine a esta, y a su vez sea delimitada por
ella. Su comedia humana representa
ese esfuerzo de integración que sustenta dos fuerzas aparentemente opuestas: la
verdad de la realidad y la verdad artística, o en un sentido mucho más
coherente, el intento de ofrecer una imagen veraz de la sociedad vivida.
Balzac escribirá novelas y
narrativa muy dispares antes de concebir el plan de la gran obra de su vida: La comedia humana, un proyecto que
crecerá de manera espontánea e improvisada, para luego ser encauzado por el
propio autor como algo riguroso, de pretensiones espectaculares; y tanto es así
que, teniendo el escritor muy claro su destino, se convierte en una especie de
“maquina de la escritura” y compagina su actividad primordial con sus viajes o
sus aventuras amorosas. La crítica universal ha señalado el aspecto social y
marxista en su obra, sin olvidar que el conjunto muestra el reflejo
espectacular de una sociedad que no solo disecciona hábilmente con su mirada
analítica y pensante, sino que la ensueña combinando los datos que aporta al
mínimo detalle con los de su propia fantasía que convierten y traducen su
literatura en una auténtica clave de absoluta analogía.
Mauro Armiño reúne en un volumen
los Cuentos Completos. La Comedia humana (2014), y señala que recoge las
“capillas” laterales, relatos y narraciones creados en el marco de ese gran
proyecto narrativo del escritor, fechados antes de 1841, el resto quedó exento.
Pertenecen a todas y cada una de las divisiones en que el propio autor
clasificó su obra; es decir, desde escenas de la vida privada, militar y
política, la vida de provincias o parisiense y la rural, incluso estudios
filosóficos. En su “Introducción” Armiño sitúa a los cuentos en el momento de
su creación, siempre y cuando es posible, enumerando uno a uno los títulos
seleccionados, además de ofrecer un pequeño análisis pormenorizado, una
aproximación a las posibles fuentes y algunas particularidades que, según el
antólogo, le parecen interesantes para la lectura de los mismos. Un total de
veintisiete relatos, algunos con ese carácter de novela breve por su extensión,
y como es habitual en el francés estos Cuentos
Completos arrancan de situaciones comunes, en muchos casos banales o sin
importancia, que Balzac consigue concretar, perfilar y, aun más, transformar en
un estudio pormenorizado de los hechos, acontecimientos, anécdotas o nimiedades
de sus protagonistas gracias a sus extraordinarias dotes para la descripción de
ambientes, y de los elementos materiales así como la psicología humana.
La edición
Balzac no presenta problemas
sintácticos, señala Armiño, aunque ese permanente reflejo de una realidad
vivida en el momento plantea dificultades lingüísticas, términos y palabras que
hoy resultan difíciles de traducir e incluso encontrar: profesiones, útiles de
distintos oficios o instrumentos del campo que han desaparecido en su mayoría. Balzac
ha seguido en sus cuentos las mismas pautas que para su obra narrativa extensa,
reduce y condensa las escenas, y todo lo que cuenta. La primera vocación del
joven Balzac fue la de periodista, y así lo explica el editor,
“Balzac quiso ser político y después pensó que podría intervenir en la sociedad
a través de un periódico”, pero cuando intentaba fundar uno se arruinaba
enseguida. “Era muy mal gestor, y arruinó a todo el que le facilitaba dinero,
entre ellos a la Duquesa
d´ Abrantes, la esposa del general Junot, que fue su amante titular por
aquellos años”. La duquesa d ´Abrantes, era una reliquia del Antiguo Régimen, y
una de las fuentes que utiliza Balzac para escribir sus novelas. Ella le
contaría la historia de “La mujer abandonada”, uno de los cuentos recogidos en
este volumen, el relato de la marquesa de Castellane, condesa de Beauséant en
la ficción, quien, fruto de su adulterio y estigmatizada en los salones de
París, se ve obligada a recluirse. Balzac la define como la encarnación de “el
amor verdadero, el amor de los ángeles, el amor orgulloso que vive su dolor y
de él muere”. Organiza la acción de su
relato en torno a anécdotas o historias vividas que conoce de primera mano o
alguien le ha contado, y en este caso, la duquesa d´Abrantes había redactado
sus memorias con la ayuda del mismísimo Balzac. En otro de sus cuentos, “La
obra maestra desconocida”, muestra como el arte, el artista y la creación
obsesionó al escritor a lo largo de toda su vida, y volvió sobre el tema una y
otra vez. La belleza de este cuento inspiraría mucho después a Picasso que
instaló su taller en el edificio donde se desarrolla la historia, y recrea pictóricamente
el relato en 1931; no menos curioso, el interés de Balzac por el arte y los
artistas, a quienes, junto a poetas y músicos, convertía a menudo en
protagonistas de sus ficciones, pese a que, como señala Armiño, “no era un especialista, Balzac sí tenía un
gran interés en la teoría del arte y en el proceso de creación, y además
muestra muy bien todo aquel apogeo de los salones, en donde se contemplaban
muchas de las grandes obras de arte expoliadas por los ejércitos de Napoleón
durante los años del Imperio”. Precisamente, en “Adiós” recrea la aventura del
Emperador en Rusia, donde llegaron a morir aproximadamente un millón de
hombres, más de cien mil hechos prisioneros, además de las bajas en la sociedad
civil rusa. El relato cuenta el episodio bélico del paso del Beresina, y se
completa con una anécdota del propio Balzac que se convierte en lo más
importante, una pareja de enamorados se separan y cuando vuelven a encontrarse
ella agotada muere en brazos de su amante. En “El recluta” se aprecian las revueltas
populares que saqueaban iglesias y arzobispados a mediados de febrero de 1831,
y el director de La Revue de Paris le devuelve a Balzac un cuento
“La Bella Impéria”
por la sola razón del buen gusto, y le solicita, a cambio, un texto “con
ingenio, estilo, poesía” y “a ser posible casto”, entrega entonces “El
recluta”, escrito con premura, aunque perfecto en su descripción de una escena
de la vida en provincias, el escritor regresa al período revolucionario de
1893, cuando las atrocidades y el terror se extienden sobre el país.
En 1840 Balzac lanzaba la idea de
La
Comedia Humana,
cuando la mayoría de sus grandes obras ya habían visto la luz, y al año
siguiente firmará contrato con el editor Charles Furne para la publicación
íntegra de sus novelas que se inicia al año siguiente y entre1842 y 1848 se
publican diecisiete volúmenes, completados tras su muerte con otros tres más.
La revisión, señala Armiño, de corrección e integración de personajes
anteriores a La
Comedia Humana
se debió al propio Balzac y las ediciones de Furne fueron la matriz para
posterior ediciones en el siglo XX, sobre todo la de Gallimard a partir de
1976. En la bibliografía, que acompaña a esta edición de Cuentos Completos, se especifican las secciones decididas por el
narrador para la edición de Furne y el lugar que ocupan en la edición
definitiva de La
Bibliothèque de La
Pléiade, 1976-1981, además de los estudiosos balzaquianos que
se han ocupado de todos y cada uno de los cuentos.
Honoré de Balzac;
Cuentos Completos de la Comedia Humana; ed., y
trad., de Mauro Armiño; Madrid, Páginas de Espuma, 2014; 768 págs.
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