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LA BELLEZA DE LO EFÍMERO
La editorial
madrileña, Adeshoras, publica la última novela, Aware (2019), de Juan Gaitán.
El
descubrimiento de un cadáver en las primeras líneas de un libro es un recurso
lo suficientemente atractivo como para seguir leyendo una historia que, sin
duda alguna, nos deparará no pocas sorpresas a lo largo de las páginas
siguientes, y si además, el descubrimiento se realiza en una playa, con una
ciudad de fondo, mientras en el horizonte amanece, y las olas mecen el cuerpo,
el narrador ensayará toda una serie de teorías que despierten el interés del
lector, y captará su interés para que siga pasando las páginas. El cuerpo, por
desconocido, evocará toda una memoria, y la voz que oiremos será la de un
narrador que en esta historia, Aware
(2019), nos presentará a Moe, a Lena y a Jota; en realidad, como pronto iremos
descubriendo, tres formas de vida unidas por una pasión común, el periodismo,
ese otro complemento perfecto de la literatura, ese ángulo que desde una
variada perspectiva es capaz de observar, de indagar y finalmente desvelar el
envés de las cosas. Y si se añade la imagen del cadáver frente al joven Nelson
en el depósito provocará en la narración otro punto de partida que sostiene, en
realidad, esa otra historia previa: la infructuosa búsqueda de la identidad del
forense.
Lena, Jota y
Moe se convierten en los personajes con los que Juan Gaitán (Málaga, 1966)
trama esa otra novela crepuscular y complementaria que muestra una aguda mirada
sobre el mundo del periodismo, aunque desde una perspectiva tan romántica como clásica,
una visión que llevará a la
joven Lena hasta un desencanto poético, que incluye ese vértice
femenino acerca del amor, tras una absoluta entrega a sus dos maestros en la profesión,
aunque ese mundo pronto se quedará a un lado para ella y en esta historia
consciente contará más la belleza de lo efímero, de lo trágico y de lo volátil,
porque el espíritu de esta novela y su visión sobre numerosos atardeceres se
acerca a una literatura que se muere, mientras triunfa sobre el lenguaje el
aura visual. Gaitán, amargo y decadente en algunas de sus páginas, muestra esas
heridas profundas, y relata descreído y sentimental las vidas brevemente
apuntadas de estos tres compañeros, tan rebeldes en su actitud que convierten
su propia vida en la metáfora de un periodismo que despertaba la conciencia de
lo cotidiano, aunque en esta novela el hallazgo de ese cadáver será el eslabón
que convertirá el retrato de los tres en una sucesión de instantáneas de otra
época, ahora por circunstancias en blanco y negro, alejados de sus ambiciones que,
por incumplidas, son un canto de cisne que relata los sucesos ocurridos entre
unos amigos tan cómplices como rivales, al mismo tiempo víctimas de los éxitos
que han complementado sus vidas y que por añadidura muestran ese desencuentro
en la historia primera que se cuenta y se extiende en buena parte de la novela.
Un relato como
Aware certifica la belleza efímera de
cuanto nos rodea, y Juan Gaitán define su territorio escénico moviendo al
lector por los entresijos que toda una memoria ha sido capaz de reconstruir, y además
señala esas zonas oscuras que dejan al descubierto tanto las envidias como las
esperanzas, la eterna diatriba que presupone el éxito para aquellos cuyo
destino desigual se escribe tanto en su búsqueda como en su distinción, se
cuantifica ese afán de construir otro mundo que, de alguna manera, les devuelva
su reflejo como personas. Otro de los ejes temáticos que, paralelamente se
entrecruza con el tema periodismo, tanto en capítulos como en el tiempo, y cuyos
vínculos Gaitán alterna los con los tres personajes mencionados, es el caso de
Nelson, el forense aquejado de la fiebre de soñarse un niño robado, decidido a
encontrar a su madre en las numerosas autopsias femeninas que pasan ante sus
manos, víctima del dolor y de la orfandad que provoca su situación, cercano del
afecto de Lena, huérfana igualmente de sus maestros Moe y Jota. Y se
reconstruye la historia de Strada, el periodista poeta triunfador, otro
homenaje a ese idílico pasado, y cuyo magisterio al fondo del café de Varela,
le servirá a Gaitán para contar la historia y destino de Lis, la joven
embarazada del Café Berlín, ese otro cenáculo donde Strada oficia parroquia y
le enseña al lector que todos los espejos no reproducen las mismas imágenes
pero sí que esconden tremendos secretos. A Lis y a Strada les une su esperanza
frente al destino y las pequeñas y grandes derrotas, sus vidas quedan redimidas
por unas hojas sueltas que encuadernadas muchos años después provocan que
algunas heridas se cierren aunque queden esas cicatrices que cuelgan de las ramas
de los árboles de la ciudad, y en un espléndido final se nos ofrezca una vez
más esa belleza de lo efímero, como las historias y las vidas de ese consciente
aware traducido en las últimas
páginas de esta curiosa novela que se completa con esa encadenada muestra de unos
curiosos microcuentos que nos descubre otro final, quizá porque nuestras
tragedias, en definitiva, se traducen en una permanente y prolongada visión de cuanto
sentimos como lo efímero.
AWARE
Juan
Gaitán
Madrid,
Adeshoras, 2019
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