Mariángeles Pérez
Amaneceres
Camino de Santiago
Con el proverbio sufí de no esperar a que
pase la tormenta y bailar bajo la lluvia, inicié mi tan ansiada aventura hacia
el Camino de Santiago. Dudas, incertidumbres, miedos, pero sobre todo mucha
ilusión hacia esa andanza que, hacía algún tiempo, no paraba de runrunear sobre
mi mente.
Encuentros con sentimientos ocultos en
grandes corazones peregrinos, rupturas de hielo para establecer esa charla
amiga, indagaciones en miradas furtivas y misteriosas de esos ojos que no
volvería a ver y, sobre todo, escalada hacia el techo de la libertad a través
de la anhelada soledad.
La mochila descansa a mis pies, rebosante
de ilusiones, en el tren que me llevará a mi destino. Los recuerdos van
quedando desdibujados y lentos bajo el tórrido sol de la estepa castellana. Santiago
quedó atrás. Un trocito de nuestros corazones bailará con las meigas bajo la
lluvia y no esperarán, bajo ningún concepto, a que pase la tormenta.
Que bonito M. Angeles. Que buen Camino.
ResponderEliminar