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NO LLORAR
La bibliografía sobre nuestra Guerra
Civil resulta abrumadora, excesiva y, en ocasiones, tan repetitiva como
estereotipada. Lydie Salvayre (Autainville, 1948) consigue el Premio Goncourt
por No llorar (2015), una novela que
no se parece, salvo por el momento histórico, a ninguna otra visión sobre la
contienda española, y se aleja del riesgo de aburrir a quienes hayan
profundizado en el tema. ¿Por qué esta historia no nos recuerda a ninguna otra?
Sin duda, por la perspectiva escogida entre otros aciertos, y porque no cae en
tópico de contar el episodio aislado de una familia obligada al exilio en el
país vecino tras la derrota en el 39. Admirable el desarrollo y el diálogo, con
un atento intermediario, quien al mismo tiempo completa la historia ajena,
entre la narradora y su hija, y además se identifica como un célebre escritor,
famoso por su panfleto Los grandes
cementerios bajo luna (1938); la primera en contar su experiencia, la madre
de la autora, una anciana, que vive sus años juveniles y el comienzo de la
guerra en un pueblecito leridano, y convierte a la hija en narradora del libro;
el segundo, el católico francés Georges Bernanos, y su fugaz estancia en
Mallorca,
La madre nonagenaria de Lydie Salvayre
cuenta a la hija sus vivencias en aquel verano de sus quince años, a la sombra
de libertad, fraternidad, revolución y anarquismo, y su fugaz escapada a una
Barcelona efervescente de comienzos de julio del 36. Una vez allí, Montse se
siente fascinada por los acontecimientos que se suceden en la ciudad, conoce a
un francés, que acaba de enrolarse para defender la República, y queda
embarazada tras una noche de amor; nada más sabrá de él, así que vuelve al
pueblo para ocultar su pecado, y entonces se casa con, Diego, el jefe comunista
local, defensor sin reservas de la Unión Soviética; del otro lado, en mitad de esta
conversación, el fantasma de Bernanos, instalado en Mallorca, disiente pronto
de las ideas del bando nacional, por las que al comienzo se había sentido
atraído, hasta que presencia la sangrienta represión franquista en la isla, y
decide volver a su país.
Salvayre hilvana dos visiones muy
distintas, una ficción novelada o una crónica de esa revolución social y
familiar, las Comunas de Aragón y la insurrección en Cataluña con la
liquidación de trotskistas y anarquistas por orden de Stalin, y la victoria
final fascista y su feroz represión. La narradora transcribe la historia de su
madre, de su tío libertario y de su futuro padre, un joven estalinista, en una
España roja que se debatía entre guerra y revolución, entre la libertad y la
represión; todo en medio de mil contradicciones políticas y sociales, y con
ello pretende devolverle la ilusión a su madre, y constatar que personajes como
Bernanos, intelectual y comprometido, negaron la cruzada franquista y así
convierte ambos testimonios en un curioso alegato en contra de la crueldad
humana, y deviene su texto con un curioso lenguaje, que se completa con un
acertado tono lírico.
NO LLORAR
Premio Goncourt
Lydie Salvayre
Barcelona, Anagrama, 2015; 224 págs.
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