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La sátira, la fantasía y lo inverosímil en 'Las aventuras del Barón Münchausen
Nórdica recupera el original, Las aventuras del Barón de Münchausen, de Raspe, con ilustraciones
de Javier Zabala.
Más conocido
por haber creado un personaje singular, el Barón Münchausen, que por su
condición de científico, el escritor Rudolf Erich Raspe, nació en Hannover,
Alemania, 1737, y murió en Donegall, Irlanda, 1794.
En 1785, Raspe
publicaría en inglés el Relato que hace
el Barón de Münchausen de sus campañas y viajes maravillosos por Rusia,
basado en las andanzas de un noble alemán (Karl Friedrich Hieronymus, barón de
Münchausen), militar que, cuando retornó de su servicio a las órdenes del
ejército ruso, narraba unas historias extraordinarias que despertaban la curiosidad
y el asombro de la población de su localidad natal. Las aventuras del barón,
añadidas a ciertas leyendas del folklore popular europeo, fueron recopiladas
por Raspe en una edición que contenía un cierto tono satírico, y de hecho,
aprovechaba para atacar a sus enemigos en vida, pero creó un personaje inmortal
caracterizado por una insuperable imaginación que le lleva a contar
maravillosas historias muchas de las cuales rayan en la locura, o en la mayor
de las irracionalidades. De allí que el Münchausen literario pasara a la Historia no solamente
como aventurero, sino, sobre todo, como un consumado embustero, y un mentiroso
patológico.
Más tarde, se
publicarían más ediciones de esta curiosa obra, y tal vez sobresaliera la de Gottfried August
Bürger, que dio a conocer al personaje creado por Raspe en Alemania y dañó,
además, de manera irreparable, la reputación del auténtico barón, que aún vivía.
Las sucesivas ediciones fueron añadiendo cada vez más historias que circulaban
por toda Europa, y modificaban la versión original.
La edición de Bürger
Bürger será recordado
por su traducción sobre las aventuras del barón de Münchausen, que hizo que la
personalidad de este personaje traspasara las fronteras de Alemania y se
convirtiera en un personaje universal. En estas historias se permitió
introducir algunas nuevas de su propia cosecha, y su versión fue tan popular
que hizo que se olvidara la
de Rudolf Erich Raspe, que era en realidad la original.
Gottfried August Bürger, escritor alemán, conocido sobre
todo por haber traducido del inglés la obra Los
Maravillosos viajes y divertidas aventuras del barón de Münchausen, nació el
31 de diciembre de 1747, y falleció en Gotinga el 8 de junio de 1794.
Teólogo y profesor en la universidad de Gotinga, donde
enseñaba Estética. En 1784 murió su primera esposa, y ese mismo año es nombrado
privatdozent de la universidad. En 1785 contrae matrimonio con su cuñada, que también
morirá meses más tarde, en enero de 1786. Un año más tarde, en 1787, es
nombrado doctor honorario de filosofía; en 1790 se casó por tercera vez, aunque
dos años más tarde se divorciará.
Perteneció a un grupo
de poetas y escritores de Gotinga, con los que creo una nueva tendencia poética
alemana, destacó por sus poemas folclóricos, entre sus obras destaca Lenore, de 1773, poema largo que cuenta
una historia de influencia vampírica, Cazador
salvaje, de 1778, y Canción de un
buen hombre, de 1778. Tradujo al alemán a Shakespeare y a Homero.
La obra
Este hombre de gran fantasía fue Karl Friedrich Hieronymus Freiherr von
Münchhausen, más conocido por todos nosotros por Barón von Münchhausen, fue un
militar alemán que participó en varias campañas y, cuando volvió de ellas,
abandonó el ejército, y se dedicó a contar a todo el mundo sus aventuras, sus
grandes hazañas que, por supuesto solía adornar agrandando y exagerando los
acontecimientos, contando anécdotas inverosímiles, y envalentonándose cada vez
más en sus relatos.
Münchhausen nació y murió en Bodenweder, un municipio
de la Baja Sajonia
alemana, no muy lejos de otra famosa población literaria: Hamelin. Cuando Karl
Friedrich era joven, sirvió de paje al duque Brunswick-Lüneburg, Antonio Ulrico
II, a quien acompañaría para unirse al ejército ruso, donde pudo satisfacer sus
ansias de aventuras participando en varias campañas militares contra los
turcos, primero acompañando al duque y, cuando éste fue preso por los turcos,
como capitán de caballería de su propio destacamento. Abandonaría el ejército
en 1750.
Unos años antes se había casado y, tras retirarse, se fue a vivir con su esposa
a su localidad de nacimiento, donde, hasta el momento de su muerte, divirtió a
sus convecinos con sus historias, hasta tal punto que adquirió una gran
reputación como narrador, aunque sus historias nunca gozaron de credibilidad.
Sin embargo siempre fue respetado como un honesto hombre de negocios.
Dado el carácter fantástico e inverosímil de sus aventuras, estas han pasado a
la historia como narraciones infantiles o juveniles, ya que su poca
credibilidad no daba para que ningún adulto pudiera considerarlas libros de
aventuras o viajes. La popularidad de las aventuras del barón hizo que otros
escritores, de distintos países (Bürger, Immermann), se atrevieran a recopilarlas,
rescatándolas del folclore y la tradición popular, añadiendo
nuevas historias, algunas de su propia cosecha no atribuibles a las
narraciones del barón.
La edición
La edición de
Nórdica/ Libros reproduce la
de Raspe, y además está espléndidamente ilustrada por Javier
Zabala (León, 1962) que ha publicado más de 80 libros e ilustrado a Cervantes,
Shakespeare, García Lorca, Rodari, Melville, Chéjov, o Van Gogh. Como profesor
ha impartido clases rn Universidades y Escuelas de Arte de España, Italia, Colombia,
Ecuador, México, Irán, Cuba, Brasil, Venezuela, Israel, Singapur y Portugal. En
2012 fue finalista del Premio Andersen.
El trabajo de
Zabala discurre entre la deuda a las mejores tradiciones de ilustradores
europeos y una mirada contemporánea de los libros ilustrados. Y la ilustración
contemporánea, para él, es lo que hacen los ilustradores en el XXI, y hay
grandes diferencias con la que se hacía en el XIX, obviamente, aunque a Zabala
parecen interesarle más las diferencias con el XX que fue hace muy poco
tiempo. El panorama editorial ha cambiado desde hace apenas unos diez años,
sustancialmente debido a varios diversos, de entre ellos, la utilización de las
nuevas tecnologías. En sus dos vertientes: la primera ha posibilitado una mejor
gestión del trabajo y el acceso a la información, y la segunda nuevas
herramientas para crear. Pero el factor más importante, la entrada en
escena de gran cantidad de pequeñas editoriales con coraje interesadas en otro
tipo de propuestas editoriales y gráficas más arriesgadas, y desde este punto
de vista se han enriquecido notablemente la variedad de registros.
Rudolf Erich Raspe, Las aventuras del Barón Münchhausen;
ilustrado por Javier Zabala; Madrid, Nórdica/ Libros, 2014; 140 págs.
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