…me
gusta
LA
GUERRA DE
TODOS
¿Quién o qué selecciona nuestra
memoria?, se pregunta Antonio Prieto (Almería, 1930) en uno de los capítulos de
su más reciente novela, Una y todas las guerras (2003). Un ambicioso
proyecto para realizar un repaso heterodoxo por la historia de la humanidad en
cinco etapas o capítulos: la mítica Troya, la opulenta Roma, la sociedad cortesana
del XVI, el horror y las secuelas de la revolución francesa, la Alemania nazi y la figura
de Hitler, que provocaría la
Segunda Guerra Mundial o la reciente conmoción que supuso la
destrucción de las Torres Gemelas en Nueva York. En realidad, Prieto que hasta
el momento había destacado por tratar de novelar episodios y épocas de la
historia muy importantes, aspira en esta ocasión a un verdadero tratado o
ensayo sobre ese difícil empeño del ser humano en convertir en arte la actitud
bélica y de muerte de los hombres tanto en el pasado como en el presente.
En esta ocasión Antonio Prieto juega con
el tiempo y es capaz de mezclar realidad y ficción con esa habilidad que
caracteriza a su narrativa, esa ambivalencia que le otorga al género histórico
y a la evocación de la memoria. El narrador, en esta ocasión, se convierte en
ese protagonista, se confunde con él y reconstruye el pasado con el recurso de
la memoria para así permanecer de forma anónima durante todo su recorrido. La
novela recuerda algunos de sus textos anteriores, La enfermedad del amor
(1993), La plaza de la memoria (1995), El ciego de Quíos (1996),
ese magistral retrato de Homero, rememorado, también, en estas páginas o quizá
esa polivalencia de sentido que se percibía en Isla Blanca (1997), con
un narrador que se desdobla en múltiples situaciones y que justifica la ficción
misma de la voz narrativa. Situado en su nuevo texto en la actualidad, desde un
apartamento en Atenas, frente a la
Acrópolis, ese protagonista sin nombre escribe, recuerda,
recrea y vive buena parte del milenario pasado para su amada Carla, una joven
italiana que se convierte en la destinataria del relato. Junto a los momentos
de amor, el narrador irá haciendo un repaso de las guerras vividas y de su
evolución en la historia para así constatar las ambiciones del ser humano y las
manipulaciones a que se somete la humanidad; en realidad, Una y todas las
guerras, se convierte en una teoría particular sobre las mentiras que ha
ido ofreciendo la historia y sus justificaciones; las encrucijadas del ser
humano y las múltiples manifestaciones de esa incansable pasión por mandar que
caracteriza a los soberbios de la tierra; y así, desde el amor, con la mirada
de la sabiduría que otorga la vejez, el narrador analógicamente distribuye su
discurso aunque no puede dimensionar temporalmente su estancia junto a la amada
y con esa naturalidad con que ha ofrecido su versión de una y de tantas guerras
se despide de la actualidad con la imagen televisiva de la destrucción de las
Torres Gemelas del World Trade Center, planteando, de nuevo, que la seguridad
del mundo, una vez más, se ha derrumbado.
UNA
Y TODAS LAS GUERRAS
Antonio
Prieto
Barcelona,
Seix-Barral, 2003
No hay comentarios:
Publicar un comentario