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EL FESTÍN DEL CUENTO
Aldous Huxley escribió que la cultura no
deriva de la lectura de libros, sino de la exhaustiva e intensa actitud con que
nos acerquemos a un buen texto y del provecho que hagamos del mismo. De un título
tan efectista como equívoco, Cuentos y cuentistas. El canon del cuento
(2009), Harold Bloom (Nueva York, 1930), un autor tan arbitrario como abrumador
y culto, inspirador del afortunado término hace unas décadas, establece con
esta recopilación, y desde el punto de vista de la crítica erudita, casi como
en un patrón común y único, dos de las tradiciones en que se basan la mayoría
de los autores convocados en este libro, la chejoviana y su búsqueda de esa
verdad total en lo humano, o la kafkiana cuya capacidad de invención y
originalidad se traduce en objetivo de vida. A partir de estas premisas, la
lista no deja de resultar tan efectista como sorprendente: treinta y nueve
ejemplos, cuya literatura breve se relaciona como si de un auténtico milagro se
tratara. No obstante, para Bloom la ambigüedad del género es algo tan obvio
que, tal vez, ya nunca se resuelva, sobre todo cuando se emplea el término
canon, referido exclusivamente a cuestiones literarias. En un aspecto acierta
el crítico estadounidense cuando afirma que la función de la crítica consiste,
precisamente, en la labor de reconocimiento y apreciación que mezcla de una
forma consciente un particular análisis y añade una valoración. En los 90 nos
legó El canon de la literatura occidental (1994), una ambiciosa obra que
abarca siete siglos de literatura, desde Dante (1265-1321) hasta Samuel Beckett
(1906-1989), donde inicialmente explica el significado de «canon» y cómo se
construye. Pero el papel que Bloom concede a la estética en el terreno literario
es muy superior al de la búsqueda del compromiso social, hasta el punto de
llegar a una afirmación que suscita, siempre, cierta polémica, «el estudio de
la literatura no salvará a nadie».
La sombra de Shakespeare, a quien el
crítico ha dedicado parte de su vida y considera la cúspide en toda la historia
de la literatura, sigue planeando sobre una obra como El canon del cuento,
un libro que, según el editor del volumen, forma parte de la Bloom´s Literary
Criticism, la monumental colección de crítica literaria en seis volúmenes,
reunida tras veinte años de trabajo, y referencia inequívoca de la
interpretación literaria contemporánea. Como en ocasiones anteriores se
ordenan, una vez más, los mejores cuentistas de la historia, propósito que para
nada acercará unos nombres a los gustos de la mayoría de los lectores del
género, entre otras cosas porque cualquier enumeración puede resultar equívoca
y en el caso de Cuentos y cuentistas ocurre, porque se analizan y
critican, en un aventurado recorrido cronológico, doscientos años de obras y
autores, desde el ruso Alexander Pushkin (1799-1837) al norteamericano Raymond
Carver (1938-1988), y entre ambos algunos ejemplos no exentos de polémica:
Lewis Carroll, Thomas Mann, James Joyce o Shirley Jackson; dedica, además,
apenas una página a algunos de los más significativos, un mero apunte sin
apenas aparato crítico alguno, aunque el resto de ensayos, sin embargo,
constituyen el ejemplo de una excelente visión de crítica analítica.
La cuota en español la sustentan Borges
y Cortázar, la alemana Kafka, la francesa Maupassant, Calvino la italiana,
proliferan los rusos, Pushkin, Turgeniev, Gogol, Babel, y Chejov y abundan los
de habla inglesa, Poe, Melville, Twain, Faulkner, Hemingway, Cheever, Ozick
Updike, Carver; otras lenguas están representadas por Hans Christian Andersen,
cuya visión original proviene, según
Bloom, del folclore porque desde su juventud sostuvo la máxima nietzscheniana
de separar origen y objetivo en la vida, algo que no le produjo muchas
satisfacciones, pero sí una extraordinaria calidad literaria. Del danés destaca
«La sirenita», «Los cisnes salvajes», «La reina de las nieves», «Los zapatos
rojos», «La sombra» y «Tía Dolor de Muelas». Cuentos y cuentistas, no
deja ser un libro curioso, útil fragmentariamente, aunque
bibliográficamente escaso en referencias y traducciones al castellano de muchos
de los convocados al festín del cuento.
Harold
Bloom; Cuentos y cuentistas. El canon del cuento; Madrid, Páginas de
Espuma, 2009; 322 págs.
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