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miércoles, 29 de mayo de 2019

Bram Stoker


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ATRAPADOS EN EL TERROR
                     

       La obra de Bram Stoker, el conocido autor del más famoso de los vampiros, es amplia y abarca la novela, el cuento, dos colecciones publicadas en vida, y una tercera que su viuda daría a la imprenta, la crítica para el Daily Telegraph, e incluso algunas obras de no ficción. Había nacido en Clontarf, Dublín, Irlanda el 8 de noviembre de 1847, y sería conocido como uno de los autores góticos más destacados del fin-de-siècle victoriano. Atleta en su juventud, periodista, escritor, biógrafo, crítico y gerente teatral, Stoker es el autor de una de las más celebradas obras góticas, Drácula, publicada en 1897. Al igual que su inmortal creación, el personaje del conde Drácula, la vida de Stoker está rodeada de un halo de misterio, desde una rumoreada participación en círculos ocultistas, hasta su supuesta muerte por sífilis.
       El joven Stoker se había educado en el Trinity College, donde se graduó con honores en Ciencias, Matemáticas, Oratoria, Historia y Composición. Después de graduarse entró en el Servicio Civil Irlandés, donde sirvió como inspector de Tribunal de Primera Instancia. En 1876 conocerá al actor Henry Irving, y pronto nacería entre ellos una gran amistad; en 1878 se trasladaría a Londres, poco antes se había casado con Florence Balcome, que había sido cortejada por Oscar Wilde. Se ha especulado mucho sobre la dinámica familiar de los Stoker, sugiriendo a veces que no había amor en el matrimonio. El único hijo de los Stoker, Noel, nació en 1879. Instalado en Londres se convirtió en representante y secretario del actor, y ocupó en este empleo los veintisiete años siguientes, en los que se encargó de la correspondencia de Irving, y acompañó en sus múltiples giras, incluso estuvo a su lado en el momento de su muerte; junto a él dirigió el Lyceum Theatre de Londres. Sus vivencias darían lugar al libro Recuerdos personales de Henry Irving (1906). Fue en Londres donde Stoker entró en los círculos de moda, a través de los cuales conocemos mucho de su carácter y de sus influencias. Su interés por lo sobrenatural y lo oculto, que se convertiría posteriormente en uno de los temas centrales de su ficción, que se sabe pudo haber tenido su origen en una desconocida enfermedad de su infancia, que lo mantuvo en cama hasta la edad de siete años; a este enclaustramiento se añadiría su interés por el folclore irlandés, que a menudo abarcaba cuentos de duendes y vampiros. La crítica ha resaltado que fue su madre, Charlotte Thornley, quien encendió la imaginación del niño Bram, cuando, durante los años de convalecencia de la enfermedad, escuchaba los cuentos que ella le contaba sobre brujas, hadas y fantasmas que poblaban la tradición oral irlandesa, y sobre los horribles crímenes de los que fue testigo durante la epidemia de cólera; sin embargo, no debe olvidarse que el conde Drácula es hijo del Romanticismo y encarna sus características más exacerbadas: culto y veneración al héroe maldito, sensualidad y erotismo, gusto por lo demoníaco, exotismo, tendencia al suicidio y a comportamientos masoquistas. De hecho, los posteriores intereses de Stoker incluían la Egiptología, el folclore babilónico, proyecciones astrales, y la alquimia y se rumoreaba que Stoker era miembro de la infame orden del Dorado Amanecer, un círculo esotérico de magos al que asistían también W. B. Yeats y Aleister Crowley; hoy, sin embargo, estos rumores se consideran apócrifos.
       Bram Stoker empezó a publicar sus relatos en 1872, “La copa de cristal”, fue su primer cuento de horror, y el siguiente, “La cadena del destino” (1875), aunque poco después aparecería la colección de narraciones para niños El país del ocaso (1882) escrita con la intención expresa de entretener y aleccionar a su hijo Noel. Reúne una serie de relatos fantásticos de trasfondo sombrío, como El gigante invisible y El castillo del rey que describen de un modo imaginativo la vida en los misteriosos humedales británicos, pero El arquitecto de las sombras es un extraño relato de índole surrealista, De cómo el número siete se volvió loco propone una divertida historia inspirada en el universo carrolliano de Alicia, o La rosa príncipe, rinde homenaje a la mitología rosacruz. En su día la crítica encontró en El país del ocaso “una obra de sentimientos puros y de muy delicadas alegorías”. Publicó su primera novela El paso de la serpiente en 1890, aunque no conoció la fama hasta el abrumador éxito de Drácula (1897). Las respuestas en las revistas populares fueron muy variadas, pero generalmente positivas. Una reseña de 1897 en el Athenaeum decía incluso que Stoker va “un paso más allá que otros en el campo sobrenatural”. Había empezado su relato en 1890, y estuvo influido por su visita a Whitby, donde Stoker descubrió una referencia al Drácula histórico en el libro Relato de los principados de Valaquia y Moldavia, de William Wilkinson; investigó sobre el folclore y la geografía de Europa del Este en guías de viaje, siendo su fuente más conocida La tierra más allá del bosque (1888), de Emily Gerard. Son muchas las razones del éxito de Drácula, convertido en un tema central para las adaptaciones teatrales, musicales y cinematográficas y, más recientemente, incluso para los estudiosos de la crítica académica.
       Stoker continuó escribiendo ficción gótica y fantástica, La madriguera del gusano blanco (1911), y ya en 1907 había puesto en entredicho el debate sobre la censura con ensayos como La censura de la ficción y La censura de las obras de teatro. El invitado de Drácula, un capítulo suprimido de Drácula, fue publicado póstumamente en 1914. Enfermo desde 1906, Stoker murió una tarde de sábado, el 20 de abril del 1912, en el número 26 de St. George ’s Square S. W., Londres. Su muerte, aunque habitualmente se ha atribuido a la sífilis, se debió probablemente a un ataque al corazón.

Cuentos completos
       La editorial Páginas de Espuma pone en las manos del curioso lector el volumen, Cuentos completos, una espléndida edición de Antonio Sanz que señala y corrobora como los relatos de Stoker pueden empujar a los lectores más críticos a revisar su idea sobre el autor, y su exclusivo concepto gótico, porque en estos textos existe la calidad y una enorme variedad: cuentos de fantasía, de amor, relatos históricos y realistas, historias de aventuras y piratas que recuerdan a las novelas de Stevenson o de Conrad y también, por supuesto, vampiros y terror gótico al estilo del mejor Poe, además disfrutar de la certera y precisa traducción de Jon Bilbao. El editor rescata los tres volúmenes conocidos de los cuentos de Bram Stoker; dos de ellos publicados en vida, El país bajo el ocaso (Under the subset) aparecido en el temprano 1881, entre cuyas páginas, curiosamente, desfilan ángeles, portales mágicos, princesas, gigantes, constructores de sombras y magos buenos, y Atrapados en la nieve: crónicas de una gira teatral (The record of a theatrical Touring Party) que aparecería en 1909 y dará vida a actores, a comediantes, apuntadores, directores de escena, contables o responsables de atrezo; en realidad, iluminan distintos aspectos de la vida sobre las tablas, y resultan una interesante muestra del contraste entre la rigurosa exigencia profesional y el inestable prestigio social que suscita este oficio itinerante, asociado al vagabundeo. El último, El invitado de Drácula y otros relatos inquietantes (Dracula’s Guest and Other Weird Stories) fue editado en 1914 gracias a los desvelos de la viuda Florence Balcombe, que si bien procuró que estos relatos salieran a la luz, tampoco dudó en reclamar, años más tarde, los derechos al cineasta alemán F. W. Murnau y obligarle a quemar su obra maestra Nosferatu, aunque el perspicaz Murnau puso a buen recaudo unas cuantas copias de su celebrada película. Lo más importante es toda la arquitectura gótica, intensificada por un romanticismo mórbido, porque para Stoker lo terrorífico se manifiesta, pero no se explora, subyace esa insinuación de lo sobrenatural, el presentimiento de un terror que se demora en paseos, caminos cortados, incertidumbres que conducen a lo inesperado más absoluto.
       Los veintisiete cuentos que la editorial Páginas de Espuma ha reunido bajo el epígrafe “Relatos dispersos” nunca llegaron a publicarse en forma de libro, aunque sí habían aparecido en diversas revistas inglesas y americanas entre los años 1872 y 1914. Continúan en la misma línea del resto de los cuentos publicados por Stoker, se observan incursiones en el Romanticismo sentimental, caso de “El camino a la paz”, “El amor más grande”, o incluso ciertos aires exóticos y de aventuras, siguiendo la estela de London o de Salgari, caso de “La empalizada roja”, y poblados de seres de ultratumba y de sangrientas venganzas, al estilo más puro del calificado terror gótico. En general, los cuentos de Bram Stoker destacan por su brevedad y esos rasgos que comparten con autores de la época caso de Arthur Conan Doyle; la plasticidad y la flexibilidad en la descripción de ambientes, una acertada caracterización de los personajes, aires de costumbrismo y una asombrosa capacidad para crear una atmósfera de terror y de misterio que ha creado toda una corriente literaria. En muchos de los casos encontramos una lectura tan amena como interesante, cuentos que por sus tramas, la calidad de sus personajes y las historias, incluso transcurrido el tiempo y las modas, aún resultan de cierto atractivo. La narrativa breve del maestro del terror resulta interesante y como es obvio, quizá apremiado por motivos económicos y de subsistencia siguió las corrientes literarias de la época aunque en igual proporción intentó experimentar con fórmulas muy diversas en una época de profundos cambios que se encaminaba hacia las vanguardias, y que para Stoker fueron responsables del encumbramiento del fenómeno, Drácula, como mito contemporáneo y inicio de toda una extensa saga de criaturas terroríficas.


                           

CUENTOS COMPLETOS
        Bram Stoker 
  Edición de Antonio Sanz Egea
     Traducción de Jon Bilbao
Madrid, Páginas de Espuma, 2018; 840 págs.

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