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ATRAPADOS
EN EL TERROR
La obra de Bram Stoker, el conocido autor
del más famoso de los vampiros, es amplia y abarca la novela, el cuento, dos
colecciones publicadas en vida, y una tercera que su viuda daría a la imprenta,
la crítica para el Daily Telegraph, e
incluso algunas obras de no ficción. Había nacido en Clontarf, Dublín, Irlanda
el 8 de noviembre de 1847, y sería conocido como uno de los autores góticos más
destacados del fin-de-siècle
victoriano. Atleta en su juventud, periodista, escritor, biógrafo, crítico y
gerente teatral, Stoker es el autor de una de las más celebradas obras góticas,
Drácula,
publicada en 1897. Al igual que su inmortal creación, el personaje del conde
Drácula, la vida de Stoker está rodeada de un halo de misterio, desde una
rumoreada participación en círculos ocultistas, hasta su supuesta muerte por
sífilis.
El joven Stoker se había educado en el
Trinity College, donde se graduó con honores en Ciencias, Matemáticas,
Oratoria, Historia y Composición. Después de graduarse entró en el Servicio
Civil Irlandés, donde sirvió como inspector de Tribunal de Primera Instancia.
En 1876 conocerá al actor Henry Irving, y pronto nacería entre ellos una gran
amistad; en 1878 se trasladaría a Londres, poco antes se había casado con
Florence Balcome, que había sido cortejada por Oscar Wilde. Se ha especulado
mucho sobre la dinámica familiar de los Stoker, sugiriendo a veces que no había
amor en el matrimonio. El único hijo de los Stoker, Noel, nació en 1879.
Instalado en Londres se convirtió en representante y secretario del actor, y ocupó
en este empleo los veintisiete años siguientes, en los que se encargó de la
correspondencia de Irving, y acompañó en sus múltiples giras, incluso estuvo a
su lado en el momento de su muerte; junto a él dirigió el Lyceum Theatre de
Londres. Sus vivencias darían lugar al libro Recuerdos personales de Henry Irving (1906). Fue en Londres donde
Stoker entró en los círculos de moda, a través de los cuales conocemos mucho de
su carácter y de sus influencias. Su interés por lo sobrenatural y lo oculto,
que se convertiría posteriormente en uno de los temas centrales de su ficción, que
se sabe pudo haber tenido su origen en una desconocida enfermedad de su
infancia, que lo mantuvo en cama hasta la edad de siete años; a este
enclaustramiento se añadiría su interés por el folclore irlandés, que a menudo
abarcaba cuentos de duendes y vampiros. La crítica ha resaltado que fue su
madre, Charlotte Thornley, quien encendió la imaginación del niño Bram, cuando,
durante los años de convalecencia de la enfermedad, escuchaba los cuentos que
ella le contaba sobre brujas, hadas y fantasmas que poblaban la tradición oral
irlandesa, y sobre los horribles crímenes de los que fue testigo durante la
epidemia de cólera; sin embargo, no debe olvidarse que el conde Drácula es hijo
del Romanticismo y encarna sus características más exacerbadas: culto y
veneración al héroe maldito, sensualidad y erotismo, gusto por lo demoníaco,
exotismo, tendencia al suicidio y a comportamientos masoquistas. De hecho, los
posteriores intereses de Stoker incluían la Egiptología, el folclore
babilónico, proyecciones astrales, y la alquimia y se rumoreaba que Stoker era
miembro de la infame orden del Dorado Amanecer, un círculo esotérico de magos
al que asistían también W. B. Yeats y Aleister Crowley; hoy, sin embargo, estos
rumores se consideran apócrifos.
Bram Stoker empezó a publicar sus relatos
en 1872, “La copa de cristal”, fue su primer cuento de horror, y el siguiente, “La
cadena del destino” (1875), aunque poco después aparecería la colección de narraciones
para niños El país del ocaso (1882)
escrita con la intención expresa de entretener y aleccionar a su hijo Noel. Reúne
una serie de relatos fantásticos de trasfondo sombrío, como El gigante invisible y El castillo del rey que describen de un
modo imaginativo la vida en los misteriosos humedales británicos, pero El arquitecto de las sombras es un
extraño relato de índole surrealista, De
cómo el número siete se volvió loco propone una divertida historia
inspirada en el universo carrolliano de Alicia, o La rosa príncipe, rinde homenaje a la mitología rosacruz. En su día
la crítica encontró en El país del ocaso
“una obra de sentimientos puros y de muy delicadas alegorías”. Publicó su
primera novela El paso de la serpiente
en 1890, aunque no conoció la fama hasta el abrumador éxito de Drácula (1897). Las respuestas en las
revistas populares fueron muy variadas, pero generalmente positivas. Una reseña
de 1897 en el Athenaeum decía incluso que Stoker va “un paso más allá que otros
en el campo sobrenatural”. Había empezado su relato en 1890, y estuvo influido
por su visita a Whitby, donde Stoker descubrió una referencia al Drácula
histórico en el libro Relato de los
principados de Valaquia y Moldavia, de William Wilkinson; investigó sobre
el folclore y la geografía de Europa del Este en guías de viaje, siendo su
fuente más conocida La tierra más allá
del bosque (1888), de Emily Gerard. Son muchas las razones del éxito de
Drácula, convertido en un tema central para las adaptaciones teatrales,
musicales y cinematográficas y, más recientemente, incluso para los estudiosos
de la crítica académica.
Stoker continuó escribiendo ficción
gótica y fantástica, La madriguera del
gusano blanco (1911), y ya en 1907 había puesto en entredicho el debate sobre
la censura con ensayos como La censura de
la ficción y La censura de las obras
de teatro. El invitado de Drácula,
un capítulo suprimido de Drácula, fue publicado póstumamente en 1914. Enfermo
desde 1906, Stoker murió una tarde de sábado, el 20 de abril del 1912, en el
número 26 de St. George ’s Square S. W., Londres. Su muerte, aunque
habitualmente se ha atribuido a la sífilis, se debió probablemente a un ataque
al corazón.
Cuentos completos
La editorial Páginas
de Espuma pone en las manos del curioso lector el volumen, Cuentos completos, una espléndida edición de Antonio Sanz que señala
y corrobora como los relatos de Stoker pueden empujar a los lectores más
críticos a revisar su idea sobre el autor, y su exclusivo concepto gótico,
porque en estos textos existe la calidad y una enorme variedad: cuentos de
fantasía, de amor, relatos históricos y realistas, historias de aventuras y
piratas que recuerdan a las novelas de Stevenson o de Conrad y también, por
supuesto, vampiros y terror gótico al estilo del mejor Poe, además disfrutar de
la certera y precisa traducción de Jon Bilbao. El editor rescata los tres
volúmenes conocidos de los cuentos de Bram Stoker; dos de ellos publicados en
vida, El país bajo el ocaso (Under
the subset) aparecido en el temprano 1881, entre cuyas páginas, curiosamente,
desfilan ángeles, portales mágicos, princesas, gigantes, constructores de
sombras y magos buenos, y Atrapados en la
nieve: crónicas de una gira teatral (The record of a theatrical Touring
Party) que aparecería en 1909 y dará vida a actores, a comediantes,
apuntadores, directores de escena, contables o responsables de atrezo; en
realidad, iluminan distintos aspectos de la vida sobre las tablas, y resultan
una interesante muestra del contraste entre la rigurosa exigencia profesional y
el inestable prestigio social que suscita este oficio itinerante, asociado al
vagabundeo. El último, El invitado de
Drácula y otros relatos inquietantes (Dracula’s Guest and Other Weird
Stories) fue editado en 1914 gracias a los desvelos de la viuda Florence Balcombe,
que si bien procuró que estos relatos salieran a la luz, tampoco dudó en
reclamar, años más tarde, los derechos al cineasta alemán F. W. Murnau y
obligarle a quemar su obra maestra Nosferatu,
aunque el perspicaz Murnau puso a buen recaudo unas cuantas copias de su
celebrada película. Lo más importante es toda la arquitectura gótica,
intensificada por un romanticismo mórbido, porque para Stoker lo terrorífico se
manifiesta, pero no se explora, subyace esa insinuación de lo sobrenatural, el
presentimiento de un terror que se demora en paseos, caminos cortados,
incertidumbres que conducen a lo inesperado más absoluto.
Los veintisiete cuentos que la editorial Páginas
de Espuma ha reunido bajo el epígrafe “Relatos dispersos” nunca llegaron a
publicarse en forma de libro, aunque sí habían aparecido en diversas revistas
inglesas y americanas entre los años 1872 y 1914. Continúan en la misma línea
del resto de los cuentos publicados por Stoker, se observan incursiones en el
Romanticismo sentimental, caso de “El camino a la paz”, “El amor más grande”, o
incluso ciertos aires exóticos y de aventuras, siguiendo la estela de London o
de Salgari, caso de “La empalizada roja”, y poblados de seres de ultratumba y
de sangrientas venganzas, al estilo más puro del calificado terror gótico. En
general, los cuentos de Bram Stoker destacan por su brevedad y esos rasgos que
comparten con autores de la época caso de Arthur Conan Doyle; la plasticidad y
la flexibilidad en la descripción de ambientes, una acertada caracterización de
los personajes, aires de costumbrismo y una asombrosa capacidad para crear una
atmósfera de terror y de misterio que ha creado toda una corriente literaria. En
muchos de los casos encontramos una lectura tan amena como interesante, cuentos
que por sus tramas, la calidad de sus personajes y las historias, incluso
transcurrido el tiempo y las modas, aún resultan de cierto atractivo. La
narrativa breve del maestro del terror resulta interesante y como es obvio,
quizá apremiado por motivos económicos y de subsistencia siguió las corrientes
literarias de la época aunque en igual proporción intentó experimentar con
fórmulas muy diversas en una época de profundos cambios que se encaminaba hacia
las vanguardias, y que para Stoker fueron responsables del encumbramiento del
fenómeno, Drácula, como mito contemporáneo y inicio de toda una extensa saga de
criaturas terroríficas.
CUENTOS COMPLETOS
Bram
Stoker
Edición de Antonio Sanz
Egea
Traducción de Jon Bilbao
Madrid, Páginas de Espuma,
2018; 840 págs.
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