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miércoles, 7 de diciembre de 2016

Juan Carlos Onetti



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EL MUNDO NARRATIVO BREVE DE ONETTI

             
       Cuando en 1994 aparecieron los Cuentos completos de Juan Carlos Onetti Montevideo, Uruguay 1909-Madrid, 1994), el escritor español Antonio Muñoz Molina subrayaba que «los lectores del cuentista uruguayo habíamos aprendido que algunos sueños pueden convertirse en verdad: cada uno de sus relatos, por ejemplo, es un sueño realizado». Del escritor uruguayo se ha llegado a afirmar que su prosa alcanza una maestría indiscutible en la plasmación objetiva de profundas vivencias subjetivas; sus personajes habitan en un mundo cerrado, empeñados en vano en huir de su realidad convencional para terminar más aislados en otro mundo creado por sus propios sueños.
       La producción cuentística de Onetti data de 1933 cuando publica «Avenida de Mayo-Diagonal Norte-Avenida de Mayo». Precisamente con este cuento se inicia la colección Tan triste como ella y otros cuentos (2002) que nos devuelve la memoria narrativa breve de tan singular escritor, y se cierra con «El perro tendrá su día», publicado en 1976, aunque después de esta fecha hay constatados unos doce cuentos más, publicados tanto en América como en España. Ya en estos primeros textos se acumulaban gestos y acciones sin demasiado sentido, incluidas situaciones violentas, junto a una atmósfera de incoherencias que desembocaban en auténticas pesadillas. En sus cuentos, no abundantes en el conjunto de su producción, como señala el crítico Joaquín Marco en el prólogo-estudio a esta edición, se han percibido desde siempre planteamientos novelescos simplificados en los cuales se potencia esa intensificación del dramatismo que en las novelas no es tan visible. Como en el resto de su obra, por sus cuentos desfilan antihéroes, seres humanos insatisfechos, condenados al fracaso; quizá por eso, el autor ha indagado con empeño en el sentido de la existencia humana explorando todo aquello que concierne al misterio de sus vidas.
       En Onetti, efectivamente, el mundo narrativo se cierra y constituye una estructura orgánica y, como tal, permanece suficiente en sí misma, relacionada y coherente en cada una de sus partes—añade el crítico Marco. Por poner un ejemplo, Rodríguez Monegal señalaba cómo Santa María, el espacio inventado por el escritor, es la ciudad mezcla de Buenos Aires y Montevideo. «Santa María la fabriqué como compensación por mi nostalgia de Montevideo», llegó a escribir el propio Onetti. Sólo así, este espacio creado, se convierte en un modelo personal de ciudad. «Leyendo a Onetti—afirmaba Muñoz Molina—uno va sin darse cuenta convirtiéndose en uno cualquiera de sus personajes. A través de sus textos conoceremos la dulzura triste, el desengaño ilusionado, la desesperación tranquila, la compasión cruel, los placeres de la mentira y las potestades furiosas de la verdad». Otro de los recursos que determinan el conjunto de sus cuentos es el tiempo, el narrador se permite cualquier libertad con él. El autor domina cualquiera de los efectos temporales y es capaz de pasar de un pasado a un pretérito pluscuamperfecto. Nada en el mundo de Onetti traiciona la esencialidad de sus historias y la justificación nos la proporciona el propio autor «nadie, nadie puede saber cómo ni por qué empezó esta historia— y aún añade algo mucho más esencial—el narrador sólo está autorizado a intentar cálculos en el tiempo, puede reiterar los nombres de sus personajes, rogar explicaciones, incluso se le está permitido fracasar», pero precisamente en esos fracasos se encuentra la mejor voz narrativa de Juan Carlos Onetti.  





TAN TRISTE COMO ELLA Y OTROS CUENTOS
Juan Carlos Onetti
Barcelona, Lumen, 2002

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