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FANTASMAS
PARA LA NAVIDAD
El espíritu festivo, de Robertson Davies, reúne cuentos de
fantasmas para festejar la
Navidad.
Espíritu festivo es una colección de dieciocho
cuentos de fantasmas que Robertson Davies escribió mientras estuvo como
profesor en Massey College, de la Universidad de Toronto. Según sus palabras, y en
un “capítulo autobiográfico” previo, en Navidad se celebraba una fiesta en la
que diferentes artistas colaboraban para entretener a los invitados. A Davies
se le ocurrió escribir un relato de fantasmas, siguiendo la tradición clásica,
y así lo seguiría haciendo durante los siguientes dieciocho años, historias que
luego se convertirían en un libro. El fantasma de Dickens, de Ibsen o incluso
de la reina Victoria se pasean por estas páginas llenas de humor y de
curiosidades literarias.
Los cuentos
Historias para
ser leídas en voz alta año tras año y ante un auditorio de personas conocidas
que a menudo aparecen como personajes secundarios en algunos de estos relatos.
Las hay de todo tipo: el espíritu de un estudiante de postgrado condenado a
defender sin cesar su tesis, el fantasma de un decano olvidado de la Universidad, las almas
de los escritores canadienses que anhelan renacer como escritores americanos,
pero sobre todo abundan los espectros de sangre azul, y así a lo largo de estos
relatos irán apareciendo miembros de la realeza, Jorge IV, Jorge V, Jorge VI,
la reina Victoria, o el primer ministro canadiense William Lyon Mackenzie King.
En estos cuentos habrá que entender la palabra "fantasma" en un
sentido bastante más amplio porque algunos demonios sienten nostalgia navideña,
y pequeños sátiros disfrutan de su vida eterna, o incluso santos católicos que piden
asilo en la universidad.
La sombra del Frankenstein
de Mary Shelley, planea sobre estos cuentos, según testimonia el propio Davies,
y también se refiere con respeto y devoción a algunos de los padres del género,
a los que pretende rendir homenaje con sus propias historias: Montague Rodes
James, Henry James con su mejor obra,
Otra vuelta de tuerca, ejemplo a imitar; Joseph Sheridan Le Fanu o
Montague Summers. Pero Davies es consciente de que los relatos de fantasmas
clásicos tienen un tono altisonante y afirma: "Nada más lejos de mi
intención que faltar al respecto aquí a los espectros serios". El primero
de los cuentos, “Revelación de una chimenea asfixiante”, muestra ya ese
carácter distinto en el planteamiento narrativo del canadiense; jocoso resulta
“La reina se divierte”, y no menos hilarante el protagonizado por el Papa Pablo
VI, “Refugio para santos denostados”, o la visita al claustro universitario de
un espectro de segunda mientras en "La fotocopiadora de la habitación
perdida", se espera la llegada del fantasma del dramaturgo Henrik Ibsen,
entre otros, sin que por otro lado no debamos interesarnos por el resto.
El autor
Robertson
Davies nació en Thamesville, Canadá en 1913. Falleció en 1995, fue un escritor,
crítico, periodista y profesor canadiense. Davies es uno de los autores más
conocidos de Canadá. Nacido en la región de Ontario, se educó en distintas
instituciones de su país y Europa. Tras licenciarse en Literatura en Oxford,
trabajó como actor en la Old
Vic Repertory Company, donde conoció a la que sería su
esposa. En 1940 regresa a Canadá para dedicarse con éxito al periodismo y a
escribir comedias; su columna humorística, firmada con el seudónimo de Samuel
Marchbanks, tuvo un éxito inmediato y algunas de sus obras de teatro fueron muy
aclamadas. A comienzos de los años cincuenta publica la primera de sus once
novelas, organizadas en trilogías, que lo harían mundialmente famoso: la Trilogía Salterton:
A merced de la tempestad (1951), Levadura de malicia (1954) y Una mezcla de
flaquezas (1958); la
Trilogía Deptford: El quinto en discordia (1970), Mantícora
(1972) y El mundo de los prodigios (1975); la Trilogía de Cornish:
Ángeles rebeldes (1981), Lo que arraiga en el hueso (1985) y La lira de Orfeo
(1988); y la inacabada Trilogía de Toronto: Asesinato y ánimas en pena (1991) y
Un hombre astuto (1994).
En los años
sesenta abandonará progresivamente el periodismo y comenzará a enseñar
literatura en la
Universidad de Toronto, actividad que compaginará con la
escritura hasta su jubilación, y entonces escribirá Espíritu festivo (1982).
Además de novelas, Davies es autor de una treintena de libros entre cuentos,
obras de teatro, crítica literaria y recopilaciones de artículos.
Robertson
Davies considerado un narrador tan irónico como imaginativo, tuvo una visión de
la vida más tragicómica que sentimental. En el periodismo descubrió cómo viven
las personas, qué hacen por la noche y qué sucede tras las puertas de sus
casas; del teatro a elaborar espléndidos diálogos para decir lo máximo con el
mínimo de palabras posible, y de su educación presbiteriana, con su terrible
concepto del destino, heredó la cuestión moral a la que se enfrentan sus
peculiares personajes: la tenue línea que separa el libre albedrío de la
predestinación, la inocencia, o la condena de la salvación. Y de su educación
británica el humor presente en sus novelas que lo convirtieron en un
solicitadísimo conferenciante.
Robertson Davies; Espíritu festivo. Cuadernos del
fantasmas; trad., de Concha Cardeñoso Sáenz de Miera; Barcelona, Libros del
Asteroide, 2013; 306 págs.
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