Nochebuena
Tarsila do Amaral, A familia, 1925 |
Eduardo Galeano
Fernando Silva dirige el hospital de niños en Managua.
En vísperas de Navidad, se quedó trabajando hasta muy tarde. Ya
estaban sonando los cohetes, y empezaban los fuegos artificiales a iluminar el
cielo, cuando Fernando decidió marcharse. En su casa lo esperaban para
festejar.
Hizo una última recorrida por las salas, viendo si todo queda en
orden, y en eso estaba cuando sintió que unos pasos lo seguían. Unos pasos de
algodón; se volvió y descubrió que uno de los enfermitos le andaba atrás. En la
penumbra lo reconoció. Era un niño que estaba solo. Fernando reconoció su cara
ya marcada por la muerte y esos ojos que pedían disculpas o quizá pedían
permiso.
Fernando se acercó y el niño lo rozó con la mano:
-Decile a... -susurró el niño-
Decile a alguien, que yo estoy aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario