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domingo, 19 de abril de 2015

Hoy tomo café con…




MEDARDO FRAILE

     Otra entrañable recuperación, una amena charla con mi admirado y mejor amigo Medardo Fraile (1925-2013), tantas veces juntos, tantas veces disfrutando de su bondad y buena literatura, y sobre todo de esa amistad que a lo largo de más de veinte años ambos disfrutamos y convivimos

      *El cuento se vale de la fantasía para ser real más hondamente+



Medardo Fraile sorprende por su capacidad de observación, por el lirismo de una escritura en la que se advierte la ternura triste de toda una época, actitud ésta que en su literatura se muestra como un singular valor eterno, un documento precioso y patético, reflejo de una larga posguerra española, vertido con la suficiente fuerza como para sobrevivir a la torpe e inexplicable falacia de la realidad vivida. Fraile es el cuentista vivo más genuino de su época, cuya permanente reflexión se manifiesta a través de su estilística, su socarronería contenida o ese finísimo humor en que converge gran parte de su obra.
 Podríamos empezar nuestra conversación situándonos en el tiempo y respondiéndome a si en la posguerra española hubo que edificarlo todo, )cómo vivieron aquellos años los jóvenes escritores de su generación?
La dureza de aquellos tiempos la paliábamos con una gran camaradería, y hasta amistad, aunque solíamos tener en cuenta el talento para estar más cerca o más lejos unos de otros. En Madrid, para conocer a la gente de letras, había que ir al Café Gijón, para ver y dejarse ver y, en general, los nombres nuevos más repetidos CGarcía Nieto, Cela o Ruiz IriarteCeran escritores asequibles y generosos. Los maestros más o menos viejos no iban al Café CAzorín, Baroja o AleixandreC, pero Dámaso Alonso o Gerardo Diego Céste sobre todos los demásC, hacían tertulia diaria o esporádica con los nuevos escritores, a los que había facilitado su carrera literaria Juan Aparicio. Aleixandre padecía una afección renal y recibía en su casa de Velintonia a los poetas jóvenes. Azorín se aficionó al cine y empezó a colaborar pronto en Arriba y ABC, y a Baroja le iban a visitar a su casa muchos jóvenes ateneístas. Marquina murió en un viaje oficial a Nueva York en 1946 y Manuel Machado al año siguiente, en Madrid.

 )Publicar en estas revistas suponía, en cierta medida, someterse a los aires políticos vigentes en el momento y una renuncia expresa?


En modo alguno y, el que no lo crea, puede leer, entre otros libros, las excelentes y recientes memorias de Rafael Conte, El pasado imperfecto. Falangistas de izquierdas, liberales, socialistas, filocomunistas y hasta comunistas con carné Cy, por supuesto, los otros, los adictos al RégimenC, colaboraban en los pocos diarios y revistas que estaban más o menos controlado por los vencedores de la Guerra. Unos con suma prudencia para no ser descubiertos y otros sin ella.

 )Su adscripción al teatro se debió a que en este género se podía demostrar mejor ese espíritu de rebeldía que se respiraba desde las vanguardias europeas?
El teatro tiene la ventaja de pregonar su mensaje todos los días a un público numeroso y diferente, y el teatro que había en la inmediata Posguerra era acomodaticio y malo, incluídos los espectáculos de folclore, falsamente lorquianos la mayoría de ellos. Nosotros, en Arte Nuevo, que fue el primer teatro de ensayo de la Posguerra, queríamos hacer buen teatro y aguantamos dos años largos de lucha en los que los obstáculos, el éxito y las deudas fueron constantes. Nosotros éramos José Gordón, Alfonso Paso, Alfonso Sastre, José María Palacio, Enrique Cerro y yo. De Arte Nuevo salieron actrices y actores que andan todavía por los escenarios o los platós.

 Pero, sin embargo, su relación con este género se rompe para reiniciar su vocación literaria en la narrativa )por algún motivo concreto?
Antes de hacer teatro, yo había escrito diez o doce *narraciones+ Casí las llamabaC, que pensaba reunir en un libro titulado En el cielo falta un alma. Desde el bachillerato, mis redacciones no pasaron nunca desapercibidas. Una profesora me suspendió en tercero de bachiller porque creía, la pobre mujer, que las escribía mi padre, y, cuatro o cinco años más tarde, un profesor que había sido contertulio de Juan Ramón Jiménez, las leía en voz alta al resto de la clase. El teatro me parecía una tarea que dependía demasiado de una colectividad y a algunos de esa colectividad los encontraba con una gran dosis de falsedad y con vicios que no me interesaban. Después de la paliza que supuso mantener Arte Nuevo y, a pesar de que mis tres obras estrenadas Cdos en colaboraciónC tuvieron éxito, especialmente la que escribí solo, El hermano, decidí independizarme Cpor decirlo de algún modoC escribiendo prosa, y así he seguido hasta hoy. 


)O fue, tal vez, porque, por aquella época frecuentaba a amigos como Aldecoa, Fernández Santos, Martín Gaite, Sánchez Ferlosio, todos excelentes narradores?
Esos amigos llegaron después, relacionados con la carrera en la Facultad de Letras. Fernández Santos y Sánchez Ferlosio estaban allí y, de vez en cuando, nos visitaba Aldecoa, que había estudiado con Carmen Martín Gaite en la Universidad de Salamanca.


 Cuentos con algún amor (1954) reúne sus primeros relatos publicados. Que *el cuento se sirva de la fantasía para ser más real+, )sigue siendo una premisa válida?
Eso no es lo que yo escribí. Yo dije que *el cuento se vale de la fantasía para ser real más hondamente+ y, para mí, sigue siendo válida esa afirmación. Para otros que hablan de mis
cuentos, también. Te remito al excelente trabajo sobre mis relatos que ha hecho María del Pilar Palomo para Cátedra que se publicará pronto.

 Ironía, originalidad, riqueza en el lenguaje y ternura son algunas de las características de su narrativa, )sigue siendo esta una posible línea a seguir para escribir hoy día?
Cada uno escribe como Dios le dio a entender al nacer. Esas características que citas, y otras, son, desde luego, mías. Pero, claro, hay otras formas de impregnar la escritura.

 )Tendría entonces que preguntarle si ud., ha evolucionado al igual que la escritura en estos más de treinta y cinco años que median entre su primer libro publicado y el último?
Las personas que no han sufrido parálisis física o cultural evolucionan siempre. El mundo a los veinte años no se ve lo mismo que a los cuarenta o a los setenta. Cuando la vida del escritor se refleja, con más o menos intensidad, en su escritura, esas perspectivas cambiantes aparecen también y el crítico las detecta, lógicamente, como una evolución en los conceptos y en el estilo que, en los buenos escritores, suele hacerse cada vez más ajustado al tema.

 Usted, que es un teórico del cuento, conocerá en estos momentos la avalancha de publicaciones en torno a este género, calificado siempre de *cenicienta+ )puede pensarse que, pese a todo, esta es una fórmula literaria inagotable?
El cuento es más antiguo que la novela y acompaña, y acompañará siempre, al hombre. 1998 fue en España un buen año para la narrativa corta. Ahí están las dos excelentes antologías de José María Merino en Alfaguara, Cien años de cuentos y Los mejores relatos del siglo XX; la obra de José Luis González de *microrrelatos+ y otras que se retrasó, pero aparecerá pronto, en la colección Anaquel de Bruño. Y, alrededor de ellas, revistas y periódicos se han ocupado del cuento en abundancia.


 Volvamos de nuevo en el tiempo. Siendo un narrador reconocido, con reiterados premios como el *Sésamo+( 1956) o el de la *Crítica+, un buen día abandona este país para instalarse en Inglaterra, )Fue esta una obligada retirada o una voluntariosa necesidad de cambiar de aires?
Nadie me obligó a marcharme, )por qué? Literariamente hablando me iba muy bien, pero estaba harto de Madrid, de las clases mal pagadas y hasta de la corbata. Necesitaba aires nuevos, de los que todavía sigo disfrutando, porque en Escocia el aire es respirable y el agua bebible. De todos modos, fue como un empujón del Destino Ccon mayúsculaC. Yo pensaba volver después de un año o dos, pero allí me encontré bien, aunque continúo viniendo a España dos veces al año y sintiéndola Ca vecesCcon dolor dentro de mí. Es para mí es lo primero.




        )Cómo fue su encuentro con un país tan peculiar como Inglaterra?
Lleno de interés. Fue un cambio de vida y costumbres radical, con mayor énfasis en la naturaleza, como me ha gustado a mí siempre. Y con más posibilidades para todo, más libertad y, por supuesto, mejor nivel de vida.

)Desde su posterior cátedra en Strathclyde, el interés por la cultura española, )fue tan considerable como pueda pensarse de los cultos ingleses?
Los británicos adoran los tópicos y la cautela y creen, con cierta pedantería y arbitrariedad, en obras *mayores+ y *menores+, guiados generalmente por las famas y el número de páginas sin casi otro criterio. Con esos parámetros ya te puedes figurar que en sus juicios hay tanta cabezonería como inseguridad, y descubren poco. Dejando aparte a los autores más inevitables del Siglo de Oro, insisten en Galdós, Unamuno, Baroja, Benavente, Lorca, Cela, Delibes, Buero y alguno más. Resulta todo muy pesado, aunque parece que los escritores hispanoamericanos les encandilan algo más.

Permítame decirle que ud., ha vivido una doble vida durante estos últimos años, y déjeme preguntarle si usted los ha justificado literariamente.
Si lo que quieres preguntarme es si he reflejado escribiendo eso que llamas mi doble vida, sí. He publicado muchos artículos sobre el Reino Unido, reunidos luego en La penúltima Inglaterra, reeditado y ampliado en otro libro: La familia irreal inglesa. Hay también cuentos míos sobre las gentes de aquel país y he publicado bastantes reseñas de libros escoceses e  ingleses.

 Si su convivencia con los ingleses ha quedado plasmada en un retrato familiar jocoso e irónico, )su visión sobre este particular sigue siendo la misma?


Mi visión de ellos ha sido humorística, irónica y también seria. En muchos aspectos son admirables, como en el cerril amor que siente por todo lo suyo que, pese a ser cerril, es necesario cuando un país no quiere andar arrastrándose por la Historia como el nuestro. Lo nuestro, digan lo que digan, es desamor; es importarnos un pito el prójimo y escamotearle, si podemos, lo que necesite. Valoramos más espontaneidad y la simpatía, por superficiales o estúpidas que sean, que la grandeza.

 Volviendo a nuestro pasado, se me ocurre preguntarle si su Autobiografía (1986) fue, como en el caso de sus compañeros, su contribución al cambio de registro que ellos habían experimentado veinte años antes en su literatura.
No. Desde mi buen padre hasta el último mono me han dado la lata durante años para que escribiera novela. Si mis cuentos tenían fama ya, )por qué no escribir novelas? Yo he defendido siempre mi independencia personal sin importarme si me perjudicaba a mí mismo. Lo que más amo en este mundo es mi libertad. Pero un día pensé: A lo mejor creen que no sé hacer una novela, porque le mundo, ya se sabe, está lleno de listos. Y la hice. Tuvo críticas muy favorables, extraordinarias, pero no creo que la leyeran más de cien personas porque su distribución en el mercado fue fatal. Espero reeditarla algún día y quizá hacer otra para entretenerme. Lo mismo que a eso, podía  haberme dedicado al teatro y al ensayo o la crítica. Talento no me ha faltado para todo eso Cy dejo constancia de elloC y si no he perseverado en esos terrenos es porque no me ha dado la gana, ni más ni menos.

)Qué queda de aquella generación de los *niños de la guerra+? )Sigue relacionándose con los que sobreviven?
De aquel tiempo los únicos que quedan son Rafael Sánchez Ferlosio, al que hago siempre una visita cuando estoy en Madrid en el bar donde escribe; Carmen Martín Gaite, a la que también suelo ver una o dos veces en La Pecera del Bellas Artes; Josefina Rodríguez de Aldecoa, a la que, últimamente, he visto poco, y José María de Quinto, que anda resucitando sus cosas de teatro, crítica y obras, y al que suelo ver una vez en el Comercial, que fue un café de algunas tertulias nuestras con otros escritores mayores, como Eusebio García Luengo.

 Su proceso creativo puede ser seguido en los últimos libros que ha venido publicando desde que España se convirtió en  un país democrático, pero )cómo ha podido seguir el proceso político, sobre todo, observado desde el exterior?


Creo que, en estos momentos, España está algo mejor, pasados los muchos sarampiones que trajo la democracia, y me parece que pesa algo más en Europa, aunque los británicos, por sistema, no lo divulgan ni reconozcan. Los británicos han sido para nosotros bucaneros, no sólo de nuestras posesiones en América, sino también de nuestra Historia. Cuando pueden desprestigiarnos o quitarnos algo, lo hacen.

 )Su reiterada presencia en Madrid, a pesar de seguir en Glasgow, su habitual residencia, le proporciona la visión necesaria para poder enjuiciar la vida literaria de nuestros días?
Casi toda la vida literaria de nuestros días anda por los periódicos, quiero decir los nombres y sus colaboraciones o lo que dicen de ellos y, de vez en cuando, leo los periódicos de aquí. Supongo que, necesariamente, padeceré lagunas, pero también creo que el escritor verdadero es la literatura Caunque no sea todaC, y que eso de la información de lo último que se hace les sirve a otros, a los escritores que empiezan o con menos talento, a los eruditos, a los críticos, a los lectores ávidos, a la gente.

Sin embargo, )podría citarme algo de lo que, en la actualidad, le parece aquí mejor?
Si te empeñas... Pero conste que estas citas que voy a hacer no excluyen, en principio, a otros, y reflejan sólo mis últimas lecturas... Intramuros, de José María Merino, me parece un libro maravilloso. El silencio del patinador, de Juan Manuel de Prada, reúne unos cuentos extraordinarios y muy bien escritos, y Los mundos y los días, de Luis Alberto de Cuenca, proclama a voces el personalísimo y gran poeta que ha sido siempre y continúa siendo.

 )Y algún dramaturgo?
No sé... El nuevo teatro que he tenido la oportunidad de ver no me convence gran cosa. Quizá lo más atractivo para mí sea lo que hace José Sanchís Sinisterra.

Contrasombras (1998) y Ladrones del Paraíso (1999) son sus últimas colecciones de relatos, )expresan estos libros  su vitalidad literaria y su inequívoca presencia en la literatura española?


De Contrasombras puedo decir que sí, porque así lo han creído los críticos, que han sido bastantes, y tú uno de ellos. Ladrones del Paraíso, que acaba de salir, es una antología temática y su tema es el delincuente bueno, es decir, el ladrón, o lo que sea, elegible para no ir a los infiernos, o, mejor, para ir al Paraíso. Hay en este último libro algunos cuentos ya publicados, otros que no se encuentran en las librerías y cuatro relatos nuevos, inéditos.

 )Qué le retiene, jubilado de su cátedra, en Escocia?
Una casa agradable, muchos libros, cuadros en las paredes de pintores amigos, el mar muy cerca, mi mujer, mi hija, que ahora es editora en Edimburgo y que sostiene en pie mi vida sólo con su presencia.

) Entiende que sigue siendo una atalaya válida para mirar parte de su mundo?
Así es, puesto que sigo allí. No veo en eso ninguna dificultad.

)En qué categoría se clasificaría usted como escritor de cuentos, o como escritor a secas, teniendo presente lo que se ha escrito sobre usted desde 1954, la fecha en que salió su primer libro?
De mí se han escrito artículos, críticas y reseñas supereligiosas Cinsisto superelogiosasC, por escritores y críticos de todas las ideologías habidas y por haber en este país, desde una figura ya de otra época como Melchor Fernández Almagro, pasando por falangistas, filofalangistas o falangistas de *izquierdas+, como Marcelo Arroita-Jáuregui, Dámaso Santos, Gaspar Gómez de la Serna, Emiliano Aguado o Dionisio Ridruejo, hasta contestatarios del régimen de Franco, filocomunistas o comunistas, como Ramón de Garciasol, Jorge Campos, José Domingo, Manuel Cerezales o Pablo Corbalán, pasando por otros nombres ilustres, como el de Alvar, Martín Gaite, Umbral, Merino, Conte, García Posada, y gente más joven como Pedro Ugarte, Hipólito Navarro, Francisco Solano, José Luis Palacios o Ángel Zapata y que me perdonen los que no consigo recordar ahora mismo, que son muchos. Mi categoría la han establecido ellos, y desde antes de 1954, cuando yo hacía teatro. Por ejemplo recuerdo ahora al crítico Antonio Rodríguez de León, *Sergio Nerva+, que había sido gobernador civil en Córdoba durante la República y era otra de las personas honorables *fichadas+ por Régimen... Creo que pocos escritores pueden decir que la puerta azul y la puerta roja le han sido abiertas de par en par, como ha ocurrido en mi caso. Muchos han entrado en la literatura por una sola de esas puertas, a medias, o por la otra, exclusiva y falsa, de los señoritos, las más nefasta de nuestra historia española de siempre. (Cuánto apellido flotante, con careta de izquierdas o de derechas, según los tiempos!

)Qué repercusión ha tenido su obra en el extranjero?

Repercusión me suena a seísmo y, por tanto, la considero excesiva. Es un vocablo, además, que favorece más a la novela que al cuento. Algunos de mis relatos han sido traducidos al coreano, al árabe, al búlgaro, al polaco, al alemán, al francés, al portugués y al inglés y, traducidos o no, figuran muchos de ellos en antologías de medio mundo, incluídos, en el mundo hispánico, México y la Argentina. En alemán hay cerca de treinta cuentos míos traducidos por Erna Brandenberger, Kurt Spang, Hans Leopold Davi y otros.
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 De su ironía y agudeza mental dan constancia algunos de sus libros que recogen artículos y ensayos sobre la actualidad británica y española, La familia irreal inglesa (Hierbaola, 1993) y Documento Nacional (Huerga & Fierro, 1997) y de su lirismo contenido, algunos de su últimos libros de cuentos, Contrasombras (Pre-Textos, 1998) y Ladrones del Paraíso (Huerga & Fierro, 1999).
Después han seguido otras colecciones, Años de aprendizaje (2001)  Antes del futuro imperfecto (2010). La novela Autobiografía (1986), reeditada por la editorial Menoscuarto con el título de Laberinto de fortuna (2012). Los ensayos y recopilaciones, La letra con sangre: estudios literarios (2001), Entradas de cine (2008), y sus memorias, El cuento de siempre acabar (2009).





 


1 comentario:

  1. Ya no puede disfrutar de sus cuadros, de la cercanía del mar, de su mujer ni de su hija, por cierto, qué bonitas palabras dedicadas a esta última: "sostiene en pie mi vida sólo con su presencia".
    Mª Ángeles.

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