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miércoles, 9 de noviembre de 2016

Juan Bonilla



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DESEO Y REALIDAD

               
       Juan Bonilla (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1966), se acerca, con este nuevo libro de relatos, La noche del Skylab (2000), casi a la perfección del género, si es que no lo consigue, sin ánimo de exagerar. Su estilo es tan personal como su prosa fluida y remansada, justa en su medida y precisión, inteligente en el tratamiento del léxico. Sus temas son universalistas, calificativo que se me ocurre, porque uno de los cuentos que contiene este libro, «El dios de entonces», por su tratamiento, bien puede leerse en la América Latina que se recorre de norte a sur, o el titulado «Las revelaciones del profesor Vogtheim» que haría las delicias de los lectores en esa vieja Europa, sabia y rencorosa, un relato estremecedor que narra el profético alzamiento nazi por boca de un profesor judío y nos permite confundirnos en una visión teológica del asunto tratado; pero sobre todo porque el libro contiene «La ruleta rusa», un texto que podría convertirse en la muestra de lo mejor que se escribe en relato en la actualidad narrativa española o en una ejemplar muestra para nuestros guionistas de televisión, faltos como están, de una poderosa imaginación creadora.
       La noche del Skylab reúne catorce cuentos que recogen diversos planos de la realidad y contienen una desbordante imaginación sustentada, esencialmente, en lo fantástico y lo irreal, además de ofrecer la mejor ironía del gaditano, lo más profundo de su sarcasmo y ese finísimo humor que cala lentamente, y quizá, para determinar estas características aún más, la visión más insolente que de una sociedad pueda  proyectarse, una sociedad que, evidentemente, no parece gustarle, en absoluto, al escritor. Autor de las recopilaciones, El arte del yo-yo (1993), El que apaga la luz (1994) y La compañía de los solitarios (1999) entre todas reúnen, junto a la presente, la mayor parte de su producción cuentística. Sus relatos forman un conjunto narrativo sólido, escritos con una abundante dosis de imaginación y de ingenio; porque, entre otros de sus obsesivos temas, reflexiona sobre los mecanismos de la violencia, la humana y la mezquina, y el enfrentamiento que se produce entre la realidad y la ficción. La crueldad, psicológica y social, campea por sus literatura, la destrucción, la propia y la ajena forman parte de su universo. Bonilla piensa que contar es una manera de pensar, de construirse un mundo propio, de «no ser escrito—en suma— por otros». No obstante, algunos de los cuentos tratan de ser comprensivos con la actitud humana en su justa medida y en todas aquellas metáforas vivenciales que nos llevan a emociones deportivas y televisivas o las que conlleva el propio género de distanciamiento, de soledad, de amistad, actitudes todas eminentemente compasivas. Otro de sus mundos, es el más extravagante que pueda uno imaginar, puede verse en los casos de «Amor ciego», «Salto de altura», «El proyecto Maldoror», incluso «Cielito lindo, lindo gatito», cuentos todos repletos de frustraciones, desengaños, equívocos y deseos vehementes de convertir la realidad en algo de ficción. El más lírico, el que más sacude nuestras conciencias, está escrito en apenas tres o cuatro páginas, se titula «Polvo eres», cierra el libro y parece decirnos que, pese a todo, cualquier esfuerzo resulta inútil.






LA NOCHE DEL SKYLAB
Juan Bonilla
Espasa-Calpe, Madrid, 2000

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