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INSTANTES
Pilar Mañas (Aranjuez, Madrid, 1952)
muestra en las páginas de La piel del frío (2000), su segunda compilación
de cuentos tras El salario de seda (1996), una mirada singular sobre
diversas formas y expresiones en torno al concepto del amor, en realidad,
relata una variada sucesión de instantes surgidos durante una larga
convalecencia en un pueblo del Sur, imaginados sobreviviendo en una casa
modesta, un hermoso lugar rodeado de montes pelados y cubiertos de nieve buena
parte del año. Anotaciones en un cuaderno donde iba apuntando las emociones
secretas en torno a unos personajes inventados y a un tema desconocido para su
autora en aquellos momentos. Lugares, por otra parte, revividos del pasado, en
el entorno de la infancia, la adolescencia y la juventud o rememorando un mundo
donde ajustar las cuentas a un destino que desde siempre le había sido adverso.
Después, su vida, ha transcurrido en la hermosa ciudad de Granada, donde
trabaja y ha ido construyendo su mundo literario, este mismo año entregando una
obra más ambiciosa, la novela Como ángeles de otros (2000).
Lo más curioso de estas veintiocho
secuencias es su originalidad, como ya señala en la solapa y la contrasolapa, Cristina García, una
originalidad que se recrea en unas instantáneas que muy bien pueden rastrearse
en toda una tradición cuentística española, pero que hacen de la escritura de
la narradora madrileña, un acierto por compaginar tradición y modernidad en una
suerte de relatos cuya inspiración lírica deben mucho al mundo de las
costumbres y los símbolos de los pequeños pueblos donde, desde siempre, se han
vivido estas experiencias y con las que se construyen estos cuentos. En
realidad, el tratamiento lírico deriva hacia un cuento poemático, basado en la
evocación de un sentimiento o una emoción. La voz literaria de Pilar Mañas se
hace eco de la expresión más tierna que alguien pueda imaginar porque por sus
historias, por las más extensas como por las más breves, se asoman los sucesos
cotidianos que muchos lectores hemos vivido, como esos en los que el rumor del
mar se oye en una vieja caracola, afloran las miradas furtivas en una clase de
gimnasia, se recuerda la fascinación por una blusa de rayón, y todo como el
componente de esa arquitectura sobre la que se construye nuestra vida. Pero,
sobre todo, llama la atención la fascinación de la autora acerca de la palabra
escrita y su poder sugeridor, sus palabras adquieren gestos y movimientos hasta
determinar el antes y después porque, si hablamos de «instantes», estos cuentos
pretenden decir mucho más, sobresale su capacidad sugeridora que reduce o
elimina casi a la anécdota lo contado, y esto es lo más importante de este
libro.
Dosifica Pilar Mañas su mundo en tres
apartados, «Algunas niñas», «Algunas mujeres» y «Algunos hombres», y relata con
una intensidad poemática la vida real o ficticia de unos hombres y mujeres que
la habían acompañado buena parte de su vida, unos personajes sacados de una
realidad banal, pero también reinventa
otros que se habían incorporado al mundo tras su larga convalecencia, fantasmas
en otro tiempo que, desde siempre, atormentaban unos sueños y que sólo con el
ejercicio de la escritura han supuesto una verdadera liberación.
LA PIEL DEL
FRÍO
Pilar
Mañas
Pre-Textos,
Valencia, 2000
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