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LOS PÁLIDOS SEÑORES CON
LAS TAZAS DE MOCA
La Nobel más
reciente, Herta Müller (Nitchidorf, Rumanía, 1953) entrega a sus lectores unos poemas
collages con los que agudiza su acostumbrada y significativa carga de
crítica política y social, aunque como ha señalado su traductor al español,
José Luis Reina Palazón, hay que entender su visión social alejada de lo que se
denomina poesía social y, mejor, habría que justificarla como la expresión de
un compromiso artístico puesto que, según la propia Müller, el lenguaje es lo
que desmonta la parafernalia de la falsa ideología con que se critica o se
exponen las cosas. Los pálidos señores con las tazas de moca (2010) es
el último poemario publicado por la hija de unos granjeros, en la Rumanía germanohablante,
en 2005, del que la revista turolense, Turia, había adelantado, en su
número 93-94, del pasado marzo, una presentación y una selección de seis poemas
del mismo traductor, Reina Palazón. Ahora se publica el volumen completo que
reproduce su edición original, y sorprende por un lenguaje que sobrepasa lo
estrictamente literario, reproduce palabras cotidianas, e incluye tabúes y
metafóricas visiones sobre la represión, junto a otros medios de expresión:
papel, color, una variedad tipografía y curiosos dibujos que acompañan los
textos.
La poesía experimental no
resulta ajena a las realidades que Herta Múller proclama, más bien su sentido
último supone la ruptura de los límites o las fronteras, muestra un lenguaje
guiado a través de ese impulso vital que infunde la escritora, de ahí que sus
poemas carezcan de signos de puntuación o, simplemente, los separe con los
recortes donde aparecen las palabras que componen sus versos, delimitados por el color o el tamaño que, al
mismo tiempo, ejercen en el lector un efecto óptico que contrasta con el
trasfondo crítico, satírico, sarcástico de su significación última. Las
ilustraciones, que acompañan los poemas, juegan ese doble papel con que
experimenta la Nobel,
choque con otra realidad diferente: ojos, manos, pies, animales, máscaras,
trajes sin cuerpos que, en cierta manera, nos llevan a un «Poema objeto» cuya
dimensión simbólica o metafísica se parece a una conjunción de objetos tomados
de la vida cotidiana, o el denominado «Poema acción» o perfomance, establecido
por Guy Debord en 1957, una actuación, concreta, a la que se le supone un
impacto poético sobre la realidad, y Herta Müller juega, duro, bastante duro,
con un lenguaje verdadero que parte de algo concreto o de una ensoñación, un
mensaje cargado de tanta trascendencia trágica como cómica.
LOS
PÁLIDOS SEÑORES CON
LAS
TAZAS DE MOCA
Herta
Müller
Premio
Nobel, 2009
Benalmádena,
E.D.A. Libros, 2010
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