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EL MES MÁS CRUEL
La
madrileña Pilar Adón (1971) comenzó su andadura literaria con una novela, Las
hijas de Sara (2003), a la que siguió un libro de relatos, Viajes
inocentes (2005), y vuelve a la escena literaria con una nueva recopilación
de cuentos, El mes más cruel (2010), un auténtico tratado sobre el miedo
y las perversidades, fruto de una extraña, interesante, e inquietante escritura
que nos traslada a los confines de lo aparentemente previsible y, aún más, de
lo imprevisible en nuestra vida cotidiana. En realidad, cuando uno acaba de
leer este libro, percibe que una curiosa atmósfera unifica el conjunto, en una
expresa y manifiesta voluntad creada por su autora que sustituye, en ocasiones,
a la auténtica trama de sus historias.
Los personajes de El mes más cruel
se encuentran en las situaciones más desesperadas que nadie pueda imaginar,
casi todos optan por resolver decisiones esenciales que no se atreven a asumir,
quizá porque nunca somos dueños de nuestras propias vidas y, por consiguiente,
de las peripecias a nuestro alrededor, en una diversidad de aspectos que tal
vez hagan que la decisión de estos seres se torne en una perspectiva diferente
a partir de ese momento. Huyen de sí mismos sin que, por ello, tengan
conciencia de su decisión o de su situación, porque no aceptan como son, en
realidad. En el relato, «El fumigador» alguien afirma no tener claro quién es
en realidad. Muestra Adón en sus textos, el revés de una personalidad que
presenta dos mecanismos diferenciados, lo irreal y/o lo real de nuestra
existencia que se proyecta en toda una simbología, y una amplia riqueza de
imágenes. En general, su literatura se sustenta, por igual, de aquella
mitología de los cuentos infantiles (de cuentos de hadas, habla Marta Sanz),
quizá por eso se recrean jardines, se profundiza en los bosques, se admiran
acantilados que de alguna manera provocan elementos fantásticos. La curiosidad
más extrema de estos relatos está en la naturaleza de sus personajes: los
masculinos aparecen como seres indefensos, aunque de corte cosmopolita:
Gabriel, Marcel, Andreas, Scott, sin embargo, los femeninos, están retratados
como protectoras, cuidadoras de cuanto les rodea: Olivia, Anne-Marie, Elvira.
Catorce relatos integran el conjunto,
completados en su mayoría, por otros tantos poemas, menos el último, «Los cien
caminos de las hormigas», un cuento espléndido, en todos los sentidos. Los
poemas, a modo de moraleja, amplian en cierto sentido la enseñanza, siguiendo
la tradición medieval, que se intuye en el relato propuesto y que, en cierto
sentido, lo explica. La intensidad de la escritura de Pilar Adón puede medirse,
sin paliativo alguno, en esta colección de relatos, retrato duro y exigente de
las muchas frustraciones que arrastramos los humanos, de las inseguridades que
nos asolan, incluso de la sumisión a la que estamos abocados y, finalmente, la
tragedia que esconde nuestra propia existencia. Adón ha escrito una hermosa
síntesis, «como una tierra cruel y enfermiza que, a pesar de todo, ampara».
EL
MES MÁS CRUEL
Pilar
Adón
Madrid,
Impedimenta, 2010.
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