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LA
VIDA EN LAS
VENTANAS
La
nueva novela de Andrés Neuman (Buenos Aires, 1977), La vida en las ventanas
(Espasa, 2002), es un relato epistolar con un único narrador y cuya
interlocutora, una antigua novia no le remite contestación alguna. Hay que
matizar que esta relación se hace a través del correo electrónico y de una
pantalla del ordenador, acaso una de las ventanas por las que se asoma Neuman
para contemplar la vida, la suya propia y la de sus seres más cercanos. La
vida en las ventanas trata de exclusivamente de los problemas cotidianos de
Net, el protagonista del relato, de sus relaciones personales, de su trabajo,
de su relación con las mujeres y sobre todo de su intensa vida familiar. Una
vida que va desgranando, correo electrónico a correo electrónico, con una
técnica que incluye una estructura fragmentaria, el comportamiento de algunos
de los personajes que, desdibujados, se van conformando en la pequeña pantalla
del ordenador y desde donde el protagonista se asoma al resto del mundo.
Sus padres, y la relación que
mantiene con ellos, su hermana Paula, sus tíos y sobre todo su amigo Xavi,
Marina, su interlocutora, y Cintia, serán esos otros personajes cuya actitud es
descrita por Net y de una forma, además, superficial como corresponde a un
relato cuyo primordial ingrediente se encuentra en esa otra posibilidad de
confesión que se lleva a cabo a través de una máquina y que se convierte en
algo parcial y limitado: breves textos como los que se componen en los correos
electrónicos y de una fragmentada concreción. Quizá esa intencionada parcial
visión del protagonista está propiciada por una incompleta existencia del mismo
puesto que se le supone joven, un universitario que abandona sus estudios para
ponerse a trabajar y poder emanciparse de una familia a la que no aguanta y
cuya problemática convivencia se nos describe en las confesiones que realiza a Marina
el protagonista. Fragmentos de una vida que forman parte de la memoria de un
ordenador. Así sólo cuando Net, en la última parte de la novela se ha instalado
con Cintia en un modesto apartamento de alquiler, cuando ya es consciente de
que su vida ha cambiado y desde su nueva casa observa esas otras muchas
ventanas por las que atisbar otras vidas, terminará por comprender y de
expresarle a su interlocutora que muchas de las cuestiones que había abordado
en sus mensajes se dan por saldadas y su vida inicia un nuevo camino porque,
inesperadamente, ha desvelado muchos de los secretos que había ignorado,
incluido el de ese otro personaje ambiguo que es el contrapunto de su propia
personalidad: Xavi.
LA
VIDA EN LAS
VENTANAS
Andrés
Neuman
Finalista
Premio Primavera
Espasa,
Madrid, 2002
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