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HOTEL ALMIRANTE
Marta
Rivera de la Cruz
(Lugo, 1970) ha configurado todo un microcosmos literario para contarnos sus
historias. Ribanova es ese espacio particular gallego inventado que constituye
una conocida geografía para aquellos lectores que se iniciaran en su escritura
con la publicación de Que veinte años no es nada (1998), la crónica de
un escritor que decide retirarse a esta pequeña y brumosa ciudad de provincias;
Linus Daff, inventor de historias (2000), fue una historia más
cosmopolita, situada entre América y Europa, aunque con la misma pequeña ciudad
y sus gentes como trasfondo y, ahora, Hotel Almirante (2002), una nueva
novela, ambientada en la posguerra española y cuyo desarrollo pleno se concreta
en una saga familiar a través de tres generaciones y con Ribanova, sus calles y
plazas, sus instituciones y negocios, algunos conocidos personajes, como
Marcial Soto y Juan Sebastián Arroyo, además del Hotel Almirante, como núcleo
que aglutina toda la historia a contar.
Las Leal han sido durante toda su vida
unas mujeres luchadoras desde que la viuda Tana, la fundadora de la primera
casa de comidas, Casa Leal, compusiera un nuevo orden social particular en
torno a su paraíso gastronómico. Y lo que ocurre con el paso del tiempo no es
sino la consecuencia de toda una serie de acontecimientos en torno al
establecimiento por el que han pasado numerosas generaciones de ribanovenses.
Toda la historia a contar la desata, sin embargo, un desafortunado incidente,
el descubrimiento un frío mediodía de diciembre de 1944, del cadáver de una
joven mujer desnuda en una de las habitaciones del Hotel Almirante. La
investigación posterior y las pistas a seguir darán pie a recrear parte de la
historia de la ciudad, desde comienzos de siglo hasta las navidades del año en
curso, con ejemplares retrospecciones para contar las habilidades culinarias de
las mujeres Leal.
Una de las jóvenes Leal recibe, tras su
enviudamiento con un descendiente de Edmundo Aldao, el palacio que otrora fuera
símbolo inequívoco de la familia y además, elemento de discordia posterior,
tras la herencia. Con el próspero negocio de la casa de comidas como aval, las
mujeres deciden convertir el palacete en suntuoso restaurante y hotel, para que
siga haciendo las delicias de los estómagos de los habitantes de la pequeña
ciudad. Se narran las discordias entre ambas familias, la vida social de
Ribanova y, sobre todo, se ofrece a una visión de una ciudad anclada en el
tiempo, cuya historia de centra en el Hotel Almirante y en todo lo que ocurre
alrededor suyo. Marta Rivera de la
Cruz posee una extraordinaria habilidad para contar desde, el
punto de vista costumbrista, los acontecimientos minimalistas de una sociedad y
sus pequeños problemas. La novela bien estructurada, ofrece la suficiente
intriga para justificar no sólo la presencia del cadáver, sino el desarrollo de
una de las vidas con más futuro en la ciudad, la de Lía Leal.
HOTEL ALMIRANTE
Marta
Rivera de la Cruz
Espasa,
Madrid, 2002
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