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martes, 24 de noviembre de 2015

Félix J. Palma



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LAS INTERIORIDADES



     El nuevo libro de Félix J. Palma (Sanlúcar de Barrameda, 1968) Las interioridades (2002) pone de manifiesto, una vez más, que la invención breve está ganándole terreno a la narrativa de extenso aliento y que cada vez son más los escritores dedicados a plasmar la realidad en historias que se desarrollan en unas cuántas páginas, pero con un domino absoluto de lo que pretenden contar. Añade, además, Palma a estas premisas, esa visión especial de una verosimilitud que se convierte en paradoja para unos y en evidente objetividad imaginativa para otros. Este es el caso de todas o casi todas las historias que nos plantea el gaditano en su libro de cuentos que ha sido distinguido, con todo merecimiento, con el Premio Tiflos de Cuento, 2001. Su mundo particular es el de los conflictos humanos y el de las aspiraciones que éstos tienen en su vida cotidiana; es decir, la soledad, el desvalimiento o ese otro sentimiento de fracaso y de  crisis de identidad, en realidad, las fobias y los miedos que pueblan nuestras ciudades. Aunque su mundo participa un poco del absurdo, al menos desde un punto de vista racional, y sólo se sostiene porque ese espacio de lo onírico subyace en muchas de sus historias que, pese a todo, no pierden el punto de vista de lo aprehensivo, de lo real que, por otra parte, contrastan con esa visión de lo extraño que pueda parecer.
    Las interioridades es una invitación a realizar un viaje hacia una fantasía con un fondo idealista que chocará sobre todo con el materialismo reinante. Pero si uno es capaz de imaginar aventura tras aventura a través de los armarios de amigos y conocidos o aceptar a un tipo, emboscado, en su salón comedor, detrás de una cortina y convertir su propia casa en una especie de arca de Noé por amor, habrá ganado un puesto en ese lugar que Palma propone en defensa de lo imaginario, de la libre elección de sus historias que traspasan nuestra propia capacidad de soñar.  Entre otras cosas, se trata de soñar despiertos para aumentar nuestra estima y reconocer lo extraordinario de nuestro complicado mundo. Añade Palma a sus propósitos la medida exacta de una ironía y de un humor sanos, para terminar contando unas historias creíbles en la medida que éstas puedan parecerlo, ajustando en gran medida su visión de las cosas y lo que éstas, por añadidura, puedan proyectar a unos lectores cómplices porque de otra forma no sería posible reconocer que su mundo y el nuestro coinciden, al menos, desde el punto de vista literario. Y esto es ya un artificio que, alegóricamente, se justifica por sí mismo.










LAS INTERIORIDADES
Félix J. Palma
Madrid, Once/ Castalia, 2002
               

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