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LAS INTERIORIDADES
El
nuevo libro de Félix J. Palma (Sanlúcar de Barrameda, 1968) Las
interioridades (2002) pone de manifiesto, una vez más, que la invención
breve está ganándole terreno a la narrativa de extenso aliento y que cada vez
son más los escritores dedicados a plasmar la realidad en historias que se
desarrollan en unas cuántas páginas, pero con un domino absoluto de lo que
pretenden contar. Añade, además, Palma a estas premisas, esa visión especial de
una verosimilitud que se convierte en paradoja para unos y en evidente
objetividad imaginativa para otros. Este es el caso de todas o casi todas las
historias que nos plantea el gaditano en su libro de cuentos que ha sido
distinguido, con todo merecimiento, con el Premio Tiflos de Cuento, 2001. Su
mundo particular es el de los conflictos humanos y el de las aspiraciones que
éstos tienen en su vida cotidiana; es decir, la soledad, el desvalimiento o ese
otro sentimiento de fracaso y de crisis
de identidad, en realidad, las fobias y los miedos que pueblan nuestras
ciudades. Aunque su mundo participa un poco del absurdo, al menos desde un
punto de vista racional, y sólo se sostiene porque ese espacio de lo onírico
subyace en muchas de sus historias que, pese a todo, no pierden el punto de
vista de lo aprehensivo, de lo real que, por otra parte, contrastan con esa
visión de lo extraño que pueda parecer.
Las interioridades es una
invitación a realizar un viaje hacia una fantasía con un fondo idealista que
chocará sobre todo con el materialismo reinante. Pero si uno es capaz de
imaginar aventura tras aventura a través de los armarios de amigos y conocidos o
aceptar a un tipo, emboscado, en su salón comedor, detrás de una cortina y
convertir su propia casa en una especie de arca de Noé por amor, habrá ganado
un puesto en ese lugar que Palma propone en defensa de lo imaginario, de la
libre elección de sus historias que traspasan nuestra propia capacidad de
soñar. Entre otras cosas, se trata de
soñar despiertos para aumentar nuestra estima y reconocer lo extraordinario de
nuestro complicado mundo. Añade Palma a sus propósitos la medida exacta de una
ironía y de un humor sanos, para terminar contando unas historias creíbles en
la medida que éstas puedan parecerlo, ajustando en gran medida su visión de las
cosas y lo que éstas, por añadidura, puedan proyectar a unos lectores cómplices
porque de otra forma no sería posible reconocer que su mundo y el nuestro
coinciden, al menos, desde el punto de vista literario. Y esto es ya un
artificio que, alegóricamente, se justifica por sí mismo.
LAS INTERIORIDADES
Félix
J. Palma
Madrid,
Once/ Castalia, 2002
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