Flor Canosa
El 5 de octubre de 2015 un jurado
conformado por Solange Rodríguez Pappe, Pedro Medina León, Fernando Barrientos
y Salvador Luis otorgó el II Premio Equis de Novela Contemporánea a Lolas,
de la escritora argentina Flor Canosa.
LOLAS
Una plástica
historia de amor
Capítulo 1
La palabra seno tiene al menos once
definiciones.
Es una función matemática, es la relación entre
uno de los catetos y la hipotenusa, es el espacio entre las bóvedas
arquitectónicas, la parte interna de alguna cosa, un golfo que se interna en el
mar, una concavidad, y es, claro, una teta.
Todos los mamíferos tenemos tetas que cumplen
diferentes funciones. La función que cumplen las mías es complicarme la vida.
Hoy se cumplen tres años del día en que se
pudrió todo. En realidad ya sabemos cómo es el proceso de descomposición de las
cosas. Primero maduran y después, si las dejamos como están, se pudren. Lo
mismo sucede con las relaciones. O, al menos, con la mía.
No pienso contar todo el proceso porque fue tan
aburrido como los últimos años de la relación. Y no es por vanagloriarme de mi
humildad ni nada, pero solo me quedé (casi literalmente) con lo puesto, y el
monoambiente. El monoambiente fue una “inversión” de mi marido cuando le sobró
un vuelto. Es antiguo pero sin glamour. Mejor dicho, es viejo. No está bien
ubicado, no es luminoso, ni amplio, ni siquiera simpático. Es la pesadilla de
los bienes raíces. Es mi hogar.
No puedo decir que haya sido una chica
independiente. No tenía motivos para serlo y no lo fui. Tenía todo. Casa, jardín,
perro, auto. Por suerte no tuve hijo, porque no quiero ni imaginar la cláusula
mefistofélica que hubiera sufrido en caso de maternidad. Mi falta de
independencia fue la causante de que mi matrimonio se extendiera más allá de
los confines de lo tolerable. Mi matrimonio era un yogurt abierto en el fondo
de la heladera, vencido hace años, maloliente al extremo que no me atrevía a
tirarlo, a tocarlo siquiera.
Pero bien sabemos que la discusión
insignificante de todos los días, sea por la bombacha colgada en la canilla de
la ducha, por los pelos de la barba siempre alrededor de la pileta, por el
exceso de sal en una comida o por la tapa del inodoro, ha llevado a las
civilizaciones más sabias a su propia destrucción. Si ellas perecieron por
estupideces, cómo nosotros no íbamos a terminar implosionados, ahogados en
nuestra bilis.
¿Qué es el amor? Sin duda no es dormir todos los
días junto a alguien ni darse un beso insípido antes de salir ni cenar
elogiando una comida ruin a la que ni siquiera le sentís el sabor, pensando en el almuerzo del día siguiente. Ni
siquiera es tener buen sexo. El buen sexo lo venden en cualquier tienda, o
viene hecho a mano. El buen sexo es el recuerdo de una revolcada que con el
tiempo se vuelve más mítica de lo que realmente fue. El buen sexo no existe.
Entonces, el amor no sé qué será. Porque las cosas cotidianas no son amor, son
trámites. Creo que es lo que sentí por otro antes de casarme con este. Es ese
revoltijo en las tripas. Es mirarlo lavarse los dientes y morirse de ternura.
Quizás eso solo puede sentirse a los diecisiete años y pasados los treinta amor
sea llegar juntos no al orgasmo sino a fin de mes.
Flor
Canosa, narradora y guionista argentina. Es egresada de las carreras de Guion y
Montaje de la Escuela
Nacional de Cine y Artes Visuales de Argentina. Se desempeña
desde hace doce años como profesora en la Universidad de Buenos
Aires. Trabajó también en varios proyectos de canales de televisión de su país
y Latinoamérica, y es colaboradora autoral de la película independiente Daemonium.
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