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jueves, 31 de diciembre de 2015

Hoy invito a…


Flor Canosa


     El 5 de octubre de 2015 un jurado conformado por Solange Rodríguez Pappe, Pedro Medina León, Fernando Barrientos y Salvador Luis otorgó el II Premio Equis de Novela Contemporánea a Lolas, de la escritora argentina Flor Canosa.


 

LOLAS
Una plástica historia de amor

Capítulo 1
La palabra seno tiene al menos once definiciones.
Es una función matemática, es la relación entre uno de los catetos y la hipotenusa, es el espacio entre las bóvedas arquitectónicas, la parte interna de alguna cosa, un golfo que se interna en el mar, una concavidad, y es, claro, una teta.
Todos los mamíferos tenemos tetas que cumplen diferentes funciones. La función que cumplen las mías es complicarme la vida.
Hoy se cumplen tres años del día en que se pudrió todo. En realidad ya sabemos cómo es el proceso de descomposición de las cosas. Primero maduran y después, si las dejamos como están, se pudren. Lo mismo sucede con las relaciones. O, al menos, con la mía.
No pienso contar todo el proceso porque fue tan aburrido como los últimos años de la relación. Y no es por vanagloriarme de mi humildad ni nada, pero solo me quedé (casi literalmente) con lo puesto, y el monoambiente. El monoambiente fue una “inversión” de mi marido cuando le sobró un vuelto. Es antiguo pero sin glamour. Mejor dicho, es viejo. No está bien ubicado, no es luminoso, ni amplio, ni siquiera simpático. Es la pesadilla de los bienes raíces. Es mi hogar.
No puedo decir que haya sido una chica independiente. No tenía motivos para serlo y no lo fui. Tenía todo. Casa, jardín, perro, auto. Por suerte no tuve hijo, porque no quiero ni imaginar la cláusula mefistofélica que hubiera sufrido en caso de maternidad. Mi falta de independencia fue la causante de que mi matrimonio se extendiera más allá de los confines de lo tolerable. Mi matrimonio era un yogurt abierto en el fondo de la heladera, vencido hace años, maloliente al extremo que no me atrevía a tirarlo, a tocarlo siquiera.
Pero bien sabemos que la discusión insignificante de todos los días, sea por la bombacha colgada en la canilla de la ducha, por los pelos de la barba siempre alrededor de la pileta, por el exceso de sal en una comida o por la tapa del inodoro, ha llevado a las civilizaciones más sabias a su propia destrucción. Si ellas perecieron por estupideces, cómo nosotros no íbamos a terminar implosionados, ahogados en nuestra bilis.
¿Qué es el amor? Sin duda no es dormir todos los días junto a alguien ni darse un beso insípido antes de salir ni cenar elogiando una comida ruin a la que ni siquiera le sentís el sabor,  pensando en el almuerzo del día siguiente. Ni siquiera es tener buen sexo. El buen sexo lo venden en cualquier tienda, o viene hecho a mano. El buen sexo es el recuerdo de una revolcada que con el tiempo se vuelve más mítica de lo que realmente fue. El buen sexo no existe. Entonces, el amor no sé qué será. Porque las cosas cotidianas no son amor, son trámites. Creo que es lo que sentí por otro antes de casarme con este. Es ese revoltijo en las tripas. Es mirarlo lavarse los dientes y morirse de ternura. Quizás eso solo puede sentirse a los diecisiete años y pasados los treinta amor sea llegar juntos no al orgasmo sino a fin de mes.


     Flor Canosa, narradora y guionista argentina. Es egresada de las carreras de Guion y Montaje de la Escuela Nacional de Cine y Artes Visuales de Argentina. Se desempeña desde hace doce años como profesora en la Universidad de Buenos Aires. Trabajó también en varios proyectos de canales de televisión de su país y Latinoamérica, y es colaboradora autoral de la película independiente Daemonium.




 








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