MODELOS ANIMALES
Aixa de la Cruz
Madrid, Salto de
Página, 2015.
La línea entre la
razón y la cordura es tan delgada que los relatos de Modelos animales (2015) que Aixa de la Cruz (Bilbao, 1988) nos
ofrece es bastante más sólida de lo imaginable, y pese a esa esgrimida
violencia que los caracteriza sorprenden, sin duda, por un estilo depurado y una
excelente factura narrativa.
Los siete relatos que componen, Modelos animales, son de una extensión parecida,
extrañamente extensos para lo habitual del género, aunque la calidad y la
precisión superan cualquier insinuación para ser calificados de novelas cortas,
tanto el por planteamiento como por desarrollo final. Y pese al argumento
esgrimido en la contraportada de que todos y cada uno de los cuentos tenga una
temática común: la violencia, nos cabe matizar que, diferentes expresiones de
la misma, convierte a muchos de ellos en auténticas piezas excepcionales, casos
de, “Modelos animales”, “Doble”, “El cielo de Bilbao”, “Famous Blue Raincoat”, y “Abu Ghraib”; el resto confirma, eso sí,
el buen pulso narrativo de la joven bilbaína, siguiendo modelos precedentes de
los que sale airosa en gran medida: huellas de Carver o Wolff, por citar
algunos ilustres conocidos. En casi todos, sus protagonistas se debaten entre
una obsesiva visión de la vida que no excluye algo de locura y por añadidura
bastante de violencia en una sucesión gradual del término.
El primero de los relatos, que presta título al conjunto, se desarrolla
en Montreal (Canadá) a donde ha llegado una joven narradora española becada para
escribir allí una obrita que semana tras semana debe ensayar una compañía local;
la llegada misma, el ambiente y los movimientos que la española debe hacer día
a día resultan extrañamente oscuros y no menos sorprendentes; la protagonista de
la obra ensayada se caracteriza porque pronto realizará una mimesis de la
actitud y de los movimientos de la joven española y así se establece una
extraña relación entre la narradora y la actriz que la primera llevará a
consecuencias inimaginables en la intimidad de su hogar con un felino. Modelos
animales se convierte en un relato desasosegante sobre la obsesión, la
crueldad y la locura.
El resto de
cuentos señalados, además de los dos restantes mezclan literatura y ficción
televisiva, caso de “True Milk” una
historia de vampiros que acusa influencia manifiesta de True Blood, incluso de la saga Crepúsculo.
Y “Romperse”, una profunda reflexión sobre un asfixiante estado al que ha
llegado un joven sin aparente solución. El conjunto destaca por su
versatilidad, por el perverso tratamiento del tema, por influencia de las
imágenes de medios y el tratamiento cinematográfico, y nos dejan el buen poso
de una marca tan subjetiva como innovadora en una joven que, sin duda, de
persistir en su afán por hacer buena literatura nos deparará otras nuevas
sorpresas que conviertan su narrativa en modelos literarios.
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