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EN LA LUZ INMÓVIL
¿Quién
no ha tenido un amor de verano a los quince años? Ramón Pernas (Vivero, Lugo,
1952), si duda, lo tuvo y lo convirtió en ese lugar de la adolescencia de
vivencias infinitas. Autor de una sólida obra narrativa, Si tú me dices ven (1996),
El pabellón azul (1998 y 2009), Paso a dos (1999), Brumario
(2000), Libro de actas (2003), y Del viento y la memoria (2006),
ha publicado, recientemente, En la luz inmóvil (2011), una novela de
iniciación, donde la juventud nos procura grandes amistades de la vida, y un
relato romántico al uso, aunque en un trasfondo calculado muestra una aguda y
original semblanza de la historia reciente, con tintes de crónica negra sobre
algunos episodios de los últimos años de la dictadura franquista y los
comienzos de la democracia.
Un narrador cuenta, desde los
felices años de la adolescencia, gran parte de su existencia, con las
abundantes vicisitudes que en su devenir le han ocurrido hasta llegar una
madurez placentera y que, de alguna manera, presupone ya casi el final de un
trayecto vital. Sin embargo, en el camino recorrido durante todos estos años,
ese antiguo amor veraniego derivará en una pasión que acompañará siempre al
narrador y, en cierta medida, servirá para concebir ese auténtico amor
verdadero que trasciende, se va desarrollando y finalmente madura y se
transforma con el paso del tiempo. Y, a partir de aquí, Pernas ha sabido muy
bien jugar sus cartas, coquetea con el pasado desde una perspectiva nostálgica
y melancólica, incluso se atreve a enjuiciar, para así demostrar la fuerza y
las singularidades de una época. Utiliza en su propósito una técnica narrativa
de (auto) destrucción, y quizá por eso pretende dejar constancia en su relato,
esbozando una especie de autobiografía que retrata todo el cambio o cuantifica
la simbología social del momento, eleva a una categoría superior la cultura de
todo un pasado, reivindicando a un autor de culto como Cesare Pavese, escritor
atormentado que se suicidaría en la ciudad que amaba: Turín. Un ajuste de
cuentas a la conciencia libre de quien vuelve la vista atrás tanto a los
momentos felices, como a los amargos de su existencia pasada y se enfrenta, en
una narración en desuso, a quienes compartieron parte de su vida anterior. Y
así Pernas alterna, de forma magistral, unas vivencias propias con personajes
de ficción entre los que destacan el Rubio, Coqué, y el Mudo, sus grandes
amigos. Sobresale, en la sombra y en la conciencia del narrador, el hallazgo y
el mejor de todos, el Mudo, siempre al quite, alter ego de quien de quien
pretende hacer con su vida un auténtico manifiesto literario con una suprema
verdad como trasfondo.
EN LA LUZ INMÓVIL
Ramón
Pernas
XI
Premio Internacional de Novela
Emilio
Alarcos Llorach
Sevilla,
Algaida, 2011
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