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martes, 30 de junio de 2015

Francisco López Serrano


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LOS MISTERIOS



      Francisco López Serrano (Épila, Zaragoza, 1960) domina el arte de la escritura en una variada y singular faceta, lírica y narrativa, y es capaz de servirse de la digresión, de la observación atenta y de buena parte del artificio que rodea al texto en su sentido más estricto. Jamás olvida que la moraleja pertenece más al pasado que al presente y que sus lectores detectan esa sutilidad característica, o la libertad de elegir un espacio propio, en medio de una actualidad reconocible, aunque venga tamizada por fantásticas apariencias y solo importen aquellas capaces de descubrir las trivialidades de un mundo que, como en algunos de sus textos, bien puede ser mágico, capaz de trasmutar esas vidas en otra realidad o la posibilidad de inventarse una nueva que les satisfaga; y tan es así que a través de un tono elegíaco, henchido de humor y de ironía, rozando lo iconoclasta, nos traslada desde situaciones cómicas a un trágico desenlace; ocurre en su nueva entrega, Los Misterios (2015), y nos sitúa en un idílico paisaje del Pirineo, aunque con los evidentes matices grises que caracterizan a los ambientes del zaragozano, y de igual manera matiza a los personajes, en esta ocasión, un variopinto grupo de intelectuales, artistas y escritores, que participan en un seminario de introspección enteogénica a base de sustancias alucinógenas para que, una vez ensayada esa experiencia trascendente, cada uno vislumbre sus posibilidades en ese sincretismo espiritual new age, que les ayude, como espíritus inestables y culturalmente inquietos, a superar sus miedos.
        La propuesta de López Serrano inicialmente clásica por psicodélica, desemboca en inmejorables situaciones cómicas, o en un espacio donde la ironía da paso a una trágica comedia de enredo y cada personaje desempeña su papel, se limita a desarrollarlo para, una vez presentados y suscritas las circunstancias que los han llevado al lugar, convertir Los Misterios en la parodia de una auténtica novela de detectives donde al final de la historia parece que todos lo mataron y él solito se murió; es decir, el narrador echa mano de algunos de los trucos de su mejor narrativa, conjura una vez más lo sobrenatural y se presta a una comedia de equívocos voluntarios que suena a folletín y escenifica un psicodélico escenario donde al final, y solo cuando estamos acabando la novela, se rompe la monótona y seria visión de ese misticismo y sincretismo de una sociedad decadente y capitalista, y tal vez por eso, ocurre un asesinato, pero no uno cualquiera, sino en el personaje más carismático y odiado, el gurú Kocinsky, una vez que ha iniciado a sus alumnos en los Misterios, y mientras escépticos y creyentes se mofan o se asombran del extraño final del maestro. 
        Los Misterios, es una novela poblada de guiños, cinematográficos y literarios que catalizan la historia; no en vano, López Serrano confabula doce personajes en un vetusto caserón: Durán un viejo escritor y su esposa, el joven poeta Carlos Selden, una madura editora Ofelia Naranjo, el diseñador de moda Arriaga, el arquitecto Tubau, y el médico Befaràs y su esposa Ulrika, antropóloga, y luego Kocinsky y su ayudante Yanela, además del escéptico narrador de éxito y su amante Vicky, psicoanalista argentina, mística y vegetariana radical.










LOS MISTERIOS
Francisco López Serrano
Benalmadena, e.d.a., 2015; 153 págs.


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